Pierpaolo Piccioli es el couturier consagrado de nuestra época. Es el Christian Dior, el Cristóbal Balenciaga, el Yves Saint Laurent y el mismísimo Valentino Garavani, del siglo XXI. Si nos quedaba alguna duda sobre si la Alta Costura podía ser tan bella en tiempos del fast fashion y la propagación de información instantánea, el italiano se ha coronado como el rey de la belleza absoluta.

La majestuosidad de cada una de sus colecciones, sin importar si son Haute Couture o prêt-à-porter, sorprenden todas las temporadas de pasarelas. Y es que el intelecto creativo que este diseñador posee rebasa fronteras. Mezcla su herencia italiana con el presente para hacer una serie de prendas que absolutamente nadie más crea. Se trata de los volúmenes, los estampados, el uso de texturas y las siluetas extraordinarias. Todo eso engloba a su Valentino: actual pero con ciertos guiños clásicos.

Hoy, son pocos los creativos que ponen ante la multitud fanática de la moda a todo su equipo y les aplaude atribuyéndoles el trabajo que cada uno hace por horas, días y meses. Pierpaolo es uno de ellos. Quizá, es su forma de demostrar que su extraordinaria visión no podría tomar vida sin la ayuda de estos artesanos. Y con mucha razón, cada look visto en una pasarela Haute Couture involucra determinación, esfuerzo, y hasta lágrimas.

Primavera-verano 2020 Alta Costura fue, una vez más, una oda a los sueños. En la reseña de  Tim Blanks, el periodista escribe que el mood board en el backstage de la pasarela incluía una frase de Edgar Allan Poe: “All that we see or seem is but a dream within a dream (Todo lo que vemos o creemos es un sueño dentro de un sueño)”. Y a la par, Piccioli comentó que sus colecciones no tienen una narración, en realidad son emociones los que hacen que cada uno de sus diseños cobre vida. En retrospectiva, y desde que el italiano salió de esa zona de confort en la que casi todos los diseñadores viven, Pierpaolo Piccioli supo tocar hasta el punto más profundo del asombro. Blanks lo declara como el Big Bang de la moda.

Saber que la evolución es parte fundamental para sobrevivir al panorama actual de la industria es uno de sus aciertos. Con la idea clara, Pierpaolo transformó su Valentino Alta Costura para esta temporada —adiós a los majestuosos vestidos. Siluetas más entalladas como una alusión a la década de los cincuenta y una paleta de color como si fuera sacada de las fotografías de Cecil Beaton, que aunque no es una referencia, las tomas del fotógrafo creaban esa ilusión de fantasía. Tan solo basta con contemplar aquel retrato de un grupo de modelos luciendo las grandiosas creaciones de Charles James: una opulenta utopía.

Queda claro que para entender a Pierpaolo Piccioli, y a su equipo, hay que saber soñar. Y sí, eso nos inspira y nos hace creer en la fantasía, particularmente de la Alta Costura.

*IMAGEN: Getty Images