Marion Cotillard no necesita presentaciones, sin embargo es una mujer hermosa, interesante y talentosa, con la que te emociona platicar. Tal vez por su extraordinaria dicción, claro es actriz, pero es que a pesar de ser parisina de nacimiento, Marion domina el inglés, estoy segura de que Hollywood tal vez ha tenido algo que ver. Dirigida por los mejores directores como Jean-Pierre Jeunet, Christopher Nolan, Ridley Scott, Steven Soderbergh, Leos Carax, Olivier Dahan, Woody Allen y Tim Burton, Marion toma riesgos apoyando a jóvenes promesas y escogiendo guiones que retan su talento constantemente sin encasillarla en ningún género o papel. Ganadora del Oscar, del BAFTA, del César y de un Golden Globe por su interpretación de Édith Piaf, en La Vie en Rose (2008), su sangre francesa no puede negar ese je ne sais quoi que actúa como imán y resalta su personalidad.

Así pues en una mañana en Ciudad de México y la tarde en París, empezamos a platicar contra reloj sobre su nuevo proyecto, uno que cualquier actriz, pero especialmente una de nacionalidad francesa moriría por hacer, un cortometraje para una de las casas más emblemáticas en la industria de la moda y la belleza, una que fundó una francesa que pese a la época en la que vivió, tuvo la capacidad de ser absolutamente libre, absolutamente creativa, absolutamente auténtica: Chanel.