Luego de la repentina salida de Alber Elbaz, el aclamado diseñador que le inyectó energía a Lanvin, pasaron dos diseñadores para llegar a Bruno Sialelli.

Primero fue Alber Elbaz, con quien tuvo su mayor éxito en tiempos modernos; luego Bouchra Jarrar, la diseñadora que no cumplió con las expectativas de los dueños; después Oliver Lapidus, él no logró un acuerdo con el conglomerado que compró la firma además de que sus colecciones recibieron malas críticas; y finalmente Bruno Sialelli… Parece que Lanvin tras haber existido por 129 años, nunca se podrá levantar ¿Será este nuevo y joven director creativo lo que la maison necesita para regresar a sus días de gloria?

Bruno Sialelli es el tercer diseñador que toma las riendas de la casa luego de que Elbaz dejara la posición vacante hace cuatro años. Y como dicen por ahí: “La tercera es la vencida”. En el caso de Lanvin, eso es lo que esperamos. Aprendiz de Jonathan Anderson —estuvo en Loewe como la cabeza de menswear—, también trabajó en Paco Rabanne, Acne Studios y Balenciaga. Entonces, ¿qué esperar de él y la decaída maison?

Para empezar, Sialelli tiene 31 años, lo que lo hace entender, aún más, a las generaciones del presente. En estos tiempos, absorber ideas innovadoras que se conecten de alguna u otra manera con el streetwear, parece ser la formula por excelencia. Quizá Lanvin, con su herencia, pueda adecuarse a la estética moderna. Firmas como Poiret han logrado modernizar los archivos y encantar a celebridades como Naomi Campbell.

Jugar con nostalgia e inyectar alguno que otro detalle folclórico, era parte de su trabajo en Loewe. Al momento de dar a conocer su posición para Lanvin, Bruno lo hizo con una fotografía de Mick Jagger. Para muchos, esta es una gran pista de lo que puede venir el próximo mes cuando debute con su primera colección.

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Analizando su cuenta de Instagram, es inevitable notar que Sialelli sabe contemplar el arte moderno y conceptual, aprecia cada detalle arquitectónico que se le pone en frente y sabe de buen gusto y sastrería. No importa que Lanvin sea una maison con pasado feminista, saber interpretar el genderless y hacerlo tan minimalista como los archivos lo dejen, será un gran acierto. No nos queda más que esperar pacientemente.

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*IMAGEN: Cortesía de Lanvin