El mejor ejemplo de la friend zone fue sin duda la relación entre Ser Jorah Mormont y Daenerys. Pero, dejemos de decir que la mujer es la mala del cuento.

Desde las primeras temporadas de Game of Thrones, Ser Jorah Mormont fue la imagen de la friend zone, esa área gris de las relaciones interpersonales en la que nadie queremos estar, y en la que el personaje se pasó toda la serie.

Los fanáticos de la aclamada serie lo recordaremos siempre como el eterno enamorado de Daenerys, su mayor admirador, su fiel servidor, el que recorrió cielo, mar y tierra por volver a su lado y que eventualmente, terminó sacrificando su vida por ella.

Temporada tras temporada lo vimos cuidarla, guiarla, protegerla, y adorarla en todas las formas posibles, sin que ella jamás diera muestras de sentir nada más por él que un profundo aprecio. Básicamente, la definición de estar en la friend zone.

Y aunque estrictamente hablando, él nunca le pide nada, todos fuimos testigos de este amor no correspondido que lo trajo por la calle de la amargura una y otra vez, mientras ella tenía sus intereses románticos puestos en otras personas.

Esto ha abierto el debate en más de una ocasión, porque a lo largo de ocho temporadas, Jorah Mormont ha sido objeto de incontables memes que lo sitúan como el rey de la friend zone, lo que ponía a Daenerys en el papel de la “mala” en la historia (en la relación Jorah-Daenerys), la mujer inalcanzable que le daba muestras de cariño pero no terminaba de hacerle caso en serio y se paseaba frente a él con sus otras conquistas.

Pero, ¿por qué habría tenido que ser diferente? ¿Acaso está Daenerys, y para el caso cualquier otra mujer, obligada a fijarse en todos los hombres que le demuestran su amor?

La relación entre Daenerys y Jorah nos da el pretexto perfecto para replantearnos el concepto de friend zone, en el que las mujeres siempre quedamos mal paradas, a pesar de no ser responsables de las decisiones del otro.

Cuando un chico se enamora de alguien, y se pasa la vida buscando formas de hacer feliz a esa persona, de estar a su lado, de cuidarla, ¿de quién es la decisión? Entonces, ¿por qué le ponemos a esa persona la responsabilidad sobre las acciones del que está enamorado?

Cuando un hombre serio, fuerte y formal se nos acerca, y nosotras no estamos interesadas, el mundo entero opina que somos unas malagradecidas, manipuladoras, y demás adjetivos que cualquiera hayamos pensado sobre Daenerys cada vez que el pobre Jorah la veía con esos ojos de borrego triste.

Al final, él sacrificó su vida por lo que él consideraba valioso, y en la narrativa de la serie, nunca hubo una petición de correspondencia, simplemente le hacía saber que la amaba de una forma especial y listo, sin esperar realmente nada a cambio (no sabemos si por la diferencia de edades, o porque sabía que jamás podría enamorarse de él, o porque los guionistas quisieron hacer una reflexión seria sobre esta posición de amor no correspondido), pero fuimos nosotros espectadores los que le pusimos estos títulos de “pobrecito”, “no lo pela”, “míralo, una vez más dándolo todo por ella y ni lo ve”, “ahí viene otra vez con su carita de enamorado y esta le saca a Jon Snow”… todas estas interpretaciones de esa relación tienen una connotación negativa hacia Daenerys.

Hay una connotación negativa a la hora de hablar de esa mujer receptora de las atenciones de una persona que decidió enamorarse de ella, como si de alguna forma estuviéramos obligadas a cuidarle los sentimientos, y tal vez hasta a considerar una relación con él, aunque ni siquiera nos guste, sólo porque está horrible que el pobrecito siga en la friend zone.

Si leemos entre líneas, lo que estamos pensando es: ella debería hacerle caso, ella debería agradecerle sus atenciones correspondiendo su amor.

Y la realidad es que no. Ni ella está obligada a hacer nada, ni tú estás obligada a salir con alguien que no te gusta sólo porque es muy detallista y te trajo flores, ni ninguna estamos obligadas a hacer nada que no queramos nada más porque el “caballero” pagó la cena.

Cada quien es responsable de sus decisiones, y es responsable de seguir ahí aún cuando no te quieren como esperas, y es responsable de seguir dándolo todo (la vida incluida) por alguien que no te ha dado muestras de tener un interés romántico, o que tal vez te las dio en el pasado, pero cambió de opinión.

Lo único que podemos hacer para cuidar los sentimientos de los demás es ser honestos y decir las cosas como las sentimos, desde los dos lados, y luego ser coherentes con nuestras acciones. A partir de ahí, es decisión del otro lo que quiera hacer con sus sentimientos y con su tiempo, y no hay obligación de nada, salvo de ser conscientes de que es hora de dejar de culpar al otro por no corresponder a un amor que no le interesa.

¿Todas de acuerdo?

*IMAGEN: Still Game of Thrones