Brindar con champagne se asocia a las ocasiones especiales siendo la elegida a la hora del brindis, invitando con sus burbujas a los buenos augurios.

Se brinda con champagne para asegurar la suerte.

El champagne rosé es el cómplice perfecto de las grandes ocasiones y no puede faltar del 14 de febrero el día del amor.

El champagne Rosé encuentra todas sus diferentes expresiones en las etiquetas Moët & Chandon, VeuveClicquot, Dom Pérignon, Ruinart y Krug

El Champagne Rosé tiene un vínculo específico con el amor, si hemos de hacer caso a las películas de 1939 de Charles Boyer e Irene Dune Love Affair o la versión de Cary Grant y Deborah Kerr de 1957 o la de Warren Beatty y Annette Bening de 1994 en todas ellas el romance es acompañado por una buena cantidad de burbujas rosadas.

Sólo el 10 % de las botellas de champagne que se producen cada año son rosé. El primer registro que se tiene de este champagne se encuentra en los archivos de Ruinart que consigna en 1764 haber vendido 60 botellas de champagne oeilde-perdix (ojo de perdiz) nombre que se les dio por el color cobrizo claro de los ojos de las perdices, nombre que aun persiste para describir la tonalidad de los vinos y champagnesrosados.  En 1818 Mme. Clicquot tuvo la idea de añadir vino tinto de uvas Pinot Noir en la segunda fermentación, con lo que obtuvo mejores resultados, más sistemáticos que el método anterior de macerar la piel de las uvas en el jugo.

Encontramos el Moët Rosé Imperial un champagne brut que podemos tomar en una cena con carne o pescado y postres con frutos rojos.

O el Veuve Clicquot Rosé  el legendario Grand CruChampenois que ha sido madurado tres años en bodegas, es un champagne brut que combina perfectamente con pato y salsas de jitomate.

El Moët Nectar Imperial Rosé es un champagne espontaneo y vanguardista que aporta un contraste fantástico con los platos picantes mexicanos y asiáticos.

Por su parte el Moët Ice Inpérial Rosé está pensado para beberse à la piscine, es decir con hielo, en copa de vino blanco, perfecto para disfrutarse junto a la alberca o en la terraza con platos frescos y sencillos.

Un champagne que convoca a la imaginación es el Veuve Clicquot Rich Rosé para tomarse con gajos de toronja, rodajas de pepino, cubos de piña, etc.

Un champagne tradicional del sur de Europa es el Dom Pérignon Vintage Rosé 2006 un champagne vintage con una maduración mínima de 12 años en bodega, marida con las cocinas sencillas y tradicionales.

 

 

 

El Ruinart Rosé es el primer champagne rosé de la historia, ideal para servirse con un pato aderezado con arándanos.

 

El Krug Rosé con una maduración de 6 años en bodega y uno en botella es para disfrutarlo con foie gras, cordero, venado e incluso con platos especiados.

 

El champagne se debe servir en copas alargadas y angostas que se conocen como “flûte” diseñadas de esta manera para que con los dedos no se afecte la temperatura de la bebida.

Continuemos esta costumbre que se inició a principios del siglo XVIII, el brindis es el ritual por excelencia, con un profundo significado, de buenos deseos y ofrenda, observa las burbujas y piensa que cada una de ellas es sólo una de las maravillosas sorpresas que la vida te tiene reservadas.