Valentino y Pierpaolo Piccioli manifiestan amor con una colección basada en la belleza y en los principios de la Alta Costura.

La pasarela de Valentino comenzó con un abrigo estampado por una imagen de una escultura neoclásica intervenida por rosas y una mariposa, como una especie de collage. De ahí, el manifiesto de Pierpaolo Piccioli para AW19 se desdobló. Todo era amor incondicional; amor a hacia la naturaleza, amor hacia el arte, amor a la ropa, amor hacia los que te rodean; pero sobre todo, amor a ti misma.

La simplicidad en los cortes tan solo derrochaban una fantasía absoluta en la que una mujer convive con su entorno y se desvive por los pequeños detalles de la vida. Como una poesía, las prendas hablaban no a un estilo de vida tipificado por la opulencia, sino a la belleza del arte y al arte de coleccionar. Después de todo, eso es lo que la maison ha puesto en consideración desde su concepción, prendas dignas de estar presentes en un museo.

El año pasado fue glorioso para el italiano al frente de la casa. Se llevó el premio a mejor diseñador del año por parte de los Fashion Awards del British Fashion Council y cada una de sus entregas recibió grandes reseñas por parte de los críticos más aclamados. Este 2019 lo empezó con el pie derecho, pues su colección Haute Couture SS19 fue el highlight de esa semana en enero. Logró cautivar con los volúmenes en los vestidos más exquisitos en colores altamente impactantes. Ready-to-wear no fue la excepción. Al final, una demostración de esos traslúcidos vestidos alusivos a su era con Maria Grazia Chiuri aparecieron. Quizá como un recuerdo, y una confirmación a la frase que se levantó en la pasarela por Robert Montgomery: “The people you love become ghosts inside of you and like this you keep them alive.”

Y con eso nos quedamos.

*IMAGEN: Getty Images