La oda especial de Pierpaolo Piccioli y Valentino a Japón incluyó múltiples referencias a los grandes de la isla; Rei Kawakubo, Yohji Yamamoto e Issey Miyake.

A Pierpaolo Piccioli le costó trabajo superar esa etapa como pareja (estéticamente hablando) de Maria Grazia Chiuri. La transición a su propio Valentino no vino de la noche a la mañana sino ha sido un proceso de incansable exploración, del minimalismo al maximalismo —en toda la extensión de la palabra—. Con ello viene esta colección Pre-Fall 2019, cargada de referencias sublimes remitentes a la armonía y perfeccionismo japonés.

Todo comenzó con un vestido de volantes con pussy bow incluido y en una tonalidad de rojo ligeramente más opaco al distintivo rojo Valentino. Con extravagancia la colección se fue desenvolviendo con prendas que incluían una especie de juego en tela, como si se tratara de origami. Luego vinieron aquellas en negro, algunas de ellas con sutiles destellos en morado. De ahí, todo evolucionó al denim en vestidos con holanes y al final, la explosión de color —no como cualquiera— en pasteles.

Habían esos básicos para lograr el estilo streetwear con el toque romántico y elegante que distingue a la maison. Esta no es una fusión completamente nueva para Piccioli. El creativo dedicó una oda al color rosa hace un par de temporadas y fue ahí donde introdujo la cara más fresca de la firma. Sin embargo, no se puede hablar de un desfile Valentino sin la lujosa selección de vestidos confeccionados con un meticuloso ojo.

Cuando se trata de Japón y moda, el anti-fashion siempre saldrá de alguna u otra forma. Eso pasó aquí, una oda especial a los más grandes de la escena japonesa, Rei Kawakubo, Yohji Yamamoto e Issey Miyake. Muy al estilo de la maison, Pierpaolo logró fusionar las distintas creatividades con un resultado que hiciera sentido y que se palpara como una celebración.

En los noventa, el anti-fashion era lo opuesto a la elegancia que distinguía a firmas como las de Valentino Garavani. Sin embargo hoy el panorama es distinto. Todos quieren vender en Dover Street Market —filial de Comme des Garçons—. Y Yamamoto fue pionero en esas grandes colaboraciones con Adidas. Por parte de Miyake, su juego con tela se ha vuelto un sello emblemático. Todo esto se siente en la última entrega de Pierpaolo; el tributo perfecto a aquellos revolucionarios que tomaron París por sorpresa para quedarse.

*IMAGEN: Cortesía de Valentino