John Galliano conoce la Alta Costura mejor que nadie y por ello hace extravagancias tan grandes y conceptuales para Maison Margiela Artisanal.

Nadie más en la industria puede usar el término “decadencia” para referirse a su colección más que John Galliano. Y es que desde sus tiempos en Dior, el diseñador eso es lo que hacía; el drama, el lirismo, el decaimiento, la revolución, la teatralidad, la extravagancia, la historia. Con Maison Margiela, temporada tras temporada, lo que hace su mente brillante es jugar con ideas del presente, como si se tratara de un laboratorio, y experimentar con el resultado.

Ahora bien, la colección Artisanal que presentó en la última semana de la moda es una declaración con fatiga y emoción al mismo tiempo. Ideando a partir de su deconstrucción, algo que ha hecho de un sello personal durante sus años en la maison, Galliano incorporó la neutralidad que tanto buscamos en las prendas con el juego de texturas.

El grafiti y los espejos, te preguntarás, simulan el contraste de la decadencia urbana. En los primeros looks, Galliano no escatimó en hacerlos camaleónicos, casi como una fusión, con plumas, flecos y distintos elementos. Y luego, fue esa metamorfosis sartorial la que cerró con el desfile —ya sabes, prendas un tanto más clásicas con los inesperados contrastes—.

Los excesos aquí no son medidos por los volúmenes ni los cortes, sino por el inaudito contraste que supone la entrega con el espacio. Pero, vaya, así ha sido Galliano toda la vida, solo que ahora es un creativo maduro y con todo el conocimiento para hacer extravagancias conceptuales de esta magnitud.

*IMAGEN: Getty Images