A la actriz Arcelia Ramírez la recordábamos por sus interpretaciones en cintas mexicanas destacadas como La mujer de Benjamín, Cilantro y perejil, y Perfume de violetas – cinta que la hizo merecedora del Premio a la Mejor Actriz en el Festival Internacional de Cinema Jove de Valencia, España, y el Premio Ariel a la Mejor Coactuación Femenina.

Pero ahora la recordaremos, por siempre, por ser la actriz que se llevó una ovación de ocho minutos de pie desde el Teatro Claude Debussy de Cannes, Francia – momento que se volvió viral en todo el mundo – luego de la proyección de La Civil, la cinta filmada en México dirigida por la directora Teodora Mihai, con la colaboración del cineasta Michel Franco y el guionista mexicano Habacuc Antonio de Rosario.

Arcelia interpreta a Miriam bajo el nombre de “Cielo”, quien además de lidiar con el dolor de perder a su hija Laura, se enfrenta a un entorno de impunidad, corrupción y violencia, pero ella no para y usa hasta el último recurso con el que cuenta para intentar recuperar a su hija y dar con los secuestradores, que presuntamente pertenecen a los grupos de narcotraficantes del estado. 

La egresada del Centro Universitario de Teatro de la UNAM y actriz en más de 40 largometrajes y más de 30 puestas teatrales, nos concedió un tiempo de su apretada agenda para darnos en entrevista exclusiva para Grazia México y Latinoamérica, unas sinceras respuestas sobre su participación en La Civil. Te compartimos el video del momento y la entrevista como tal.

¿Qué significa para ti haber participado en una cinta tan cruda como ‘La Civil’?

Te cuento que desde que leí el guión me di cuenta que era un guión muy poderoso, muy duro muy fuerte, con un tema muy sensible y complejo que yo creo que les llevó mucho trabajo de investigación a Teodora Mihai, que es la directora de la película, y a Habacuc Antonio de Rosario, que es el coguionista. 

Él había hecho un libro que se llama Sin trincheras en dónde más o menos planteaba todo este círculo de violencia que se vive en México y Teodora al ser rumana criada en Bélgica tenía esta distancia objetivadora que le permitía tener la justa dimensión al tema. Creo que los dos hicieron una mancuerna magnífica para construir este personaje sobre todo porque la película es el viacrucis de esta mujer en busca de su hija tomando la justicia por su propia mano al no encontrar apoyo en las autoridades ni en el exmarido que lo entorpece todo y cuando se ve sola, pues va va por la libre, y empieza una búsqueda estratégica en donde ella saca fuerzas de su propio dolor. 

Es muy fuerte, muy doloroso, pero también es una película muy emocionante porque es una mujer que conquista su propia fortaleza, que toma su vida en sus manos, no nada más en las de la justicia. Yo digo que los personajes de ellos son así porque por un lado Cielo empieza siendo muy frágil, abnegada, y él un macho insensible y después es al revés, ella se endurece por todo este círculo de violencia en el que se ve envuelta, y él se va humanizando, se va vulnerando, lo que es muy interesante de la película también, estas transformaciones humanas que sufren los personajes”.

¿Cómo fue tu acercamiento a esta producción? ¿Cómo es que obtuviste el papel de Cielo?

Teodora me contactó directamente. Me había visto en otros personajes de otras historias. A mediados de 2019 me contactó, me mandó el guión, lo leí y me pareció un privilegio enorme tener un personaje tan increíble en mis manos y poco a poco fuimos teniendo algunas conversaciones por Zoom. Después se vino la pandemia y el proyecto se fue posponiendo. Ella decía que con todo y todo tenía que hacerlo el año pasado, entonces terminamos filmando en noviembre. 

Ella logró venir un par de meses antes porque estábamos realmente en pleno cierre de fronteras, pero logró venir a México y nos vimos durante un mes, todos los días, para hablar del personaje, para analizarlo, para encontrar todos sus motivos, sus obstáculos etc. Y eso también nos ayudó a establecer una relación de mucha confianza, de mucha complicidad. Es un lenguaje común y lo ejercimos durante el rodaje. Realmente nos entendimos muy bien. A mí la confianza que me tuvo me abrió el corazón y me dispuso totalmente para acceder a esta ficción. Realmente fue un trabajo de la mano de Teodora y de todo equipo, hubo mucha conexión porque había gente que tenía de cerca casos muy parecidos a los de Cielo y entonces estaban como implicados personalmente con la película.

Creo que eso hizo que todos cerráramos filas, no permitimos que la energía se fugara para nada. Además por las condiciones, había que ir de la locación a la habitación del hotel, y de la habitación del hotel a la locación, porque cuando no estábamos rodando estábamos obligados a estar confinados todos, entonces creo que eso también nos dio mucha concentración y mucho foco, estábamos muy focalizados en contar la historia, una historia que necesita de toda nuestra energía, nuestro corazón y todo.

¿Qué sentiste al ser ovacionada en Cannes, y que ese momento tan emotivo se hiciera viral en todo el mundo?

Es uno de los momentos más hermosos de mi vida, sin duda. Fue muy emocionante para todos, no lo esperábamos, no lo vimos venir. Yo acababa de descubrir la película por primera vez en esa sala maravillosa del Teatro Debussy, que es donde se presentan las películas de la categoría en la que seleccionaron a la película, y se combinó con lo emocionante que es volver a ver el cine en pantalla grande, junto a todas esas personas. La sala estaba totalmente llena, entonces fue como otra vez volver a comulgar, como usar al mismo tiempo un material, una película con un colectivo. 

Todo eso estaba ahí, yo tenía un nudo en la garganta por haber visto la película que tuve contener porque dije ‘ahorita vienen los aplausos, la presentación con el público’, pero de repente nos damos la media vuelta – los aplausos empezaron desde los créditos – y cuando nos volteamos prendieron las luces finalmente, vivimos el aplauso, agradecimos y así, pero seguía y seguía y yo ya no pude más, se me salieron las lágrimas, me emocioné muchísimo también porque estaban allí mis hijas en la primera fila y pude estar compartiendo con ellas este momento inolvidable de mi vida. 

Estoy muy agradecida con la vida artística por haber estado en los zapatos ese enorme personaje y por este recibimiento tan caluroso del público.

Aunque ya nos adelantaste un poquito cómo fue trabajar con Teodora Mihai, ¿cómo fue con ella la relación como directora, qué tanto se involucra con sus personajes, con su staff?

Yo creo que es una mujer muy inteligente, muy dulce, pero sabe muy bien lo que quiere y no quita el dedo del renglón. Habla muy bien español, habla perfectamente bien español, entonces había una enorme claridad, mucha sencillez. Hay una relación muy horizontal con sus actores, muy directa, y en nuestro caso súper íntima, ¿sabes? 

Ella sabía todo lo que habíamos hablado, entonces había mucha comunicación, eso por un lado. Para mi fue muy impresionante ver trabajar a Teodora con su fotógrafo, nunca habían trabajado juntos, pero cuando empezó el rodaje, empezaron a estar de acuerdo en muchas cosas, estéticamente para la película. Es un trabajo muy bello el que hacen los dos. Cuando empezaron a darse cuenta de que les encantaban los planos secuencias, por ejemplo, empezamos a hacerlos todo el tiempo. Esa era una comunicación que no era en español, porque ellos hablaban en rumano, él es humano, entonces empezaban y cuando nos dábamos cuenta de lo que planteaban con la cámara, para mí era increíble como se entendían bien, también.

Los actores con los que yo trabajé más, con los que tuve más escenas fueron Álvaro Guerrero y Jorge Jiménez; a Álvaro, con quien ya había trabajado, lo conozco desde que empecé mi carrera, estudiamos en la misma escuela, es un actor al que admiro desde hace muchísimos años, entonces el torrente de energía estaba estaba esa flor de piel, padrísimo. 

Trabajar con Daniel García fue padrísimo, él es muy joven, es un chavo que está empezando, pero le fue muy bien con el personaje, había como un matrimonio tan fantástico entre él y su personaje que era padrísimo trabajar con él. También creo que aunque es un tema muy doloroso, lo disfrutamos mucho porque creo que se hizo con mucho respeto, con mucho compromiso.

Arcelia, si bien no cabe duda que la temática fue llamativa para un público espectador en Francia, ¿cómo crees que se reciba la película por parte del público mexicano? 

No sé, pero aspiramos a que tengan empatía con el viacrucis de Cielo, que entren en su circunstancia. Esperemos que ayude a robustecer la reflexión, el análisis de una situación tan complicada, que sacuda las conciencias y que se vaya construyendo en México con un sistema de justicia que apoye a las víctimas y que resuelvan los casos. No sé, esperemos que tenga una bella vida la película.

Y tengo una última pregunta para ti, Arcelia, ¿crees que esta cinta refleja de manera real lo que está sucediendo en México con estos temas de secuestros, narcotráfico, desaparecidos?

Yo creo que sí. Teodora, de inicio es documentalista entonces si hay una relación muy horizontal, muy equivalente a la realidad en cómo está tratado el tema. Es una ficción por supuesto y hay una articulación dramática, pero yo creo que el tono es muy justo, yo creo que tiene la buena distancia para hablar de un tema como te digo tan delicado.

Te dejamos el trailer de la cinta para que te vayas familiarizando con la temática y podamos verla tan pronto como se estrene en México.