Armie Hammer se ha visto envuelto en varios escándalos desde el año pasado. Todo empezó cuando lo acusaron de abuso emocional y violencia. Según una fuente cercana al actor, Robert Downey Jr está pagando la rehabilitación de Hammer.

No es difícil de creer cuando sabemos que al actor de Iron Man también lo ayudaron cuando casi echó su carrera por la borda en 1996 cuando fue detenido por exceso de velocidad con heroína, cocaína, crack y una Magnum .357 descargada en su automóvil.

En ese entonces, quién lo guio hacía la luz fue Mel Gibson.

La fuente, que se mantiene anónima, dijo a Vanity Fair que Downey pagó casi 6 meses de rehab en un centro de tratamiento ubicado en una propiedad aislada de 52 acres en Silver Springs.

Además, también dijo que Downey le ha estado ayudando financieramente a Hammer hasta que se recupere.

Robert Downey Jr. Getty Images

Su agencia de talentos WME lo echó en 2021 pues varias mujeres denunciaron en redes sociales y lo acusaron de abuso emocional, manipulación y violencia sexual. Aunque no presentaron cargos. Hammer ha negado las acusaciones. Sin embargo, la acusación de violación sí derivó en una investigación policial.

Y como toda crisis, también la familia se vino abajo, pues el actor está en proceso de divorcio de Elizabeth Chambers, la fundadora de Bird Bakery.

Empezó a perder todos los papeles que había conseguido, entonces al completar su rehabilitación en diciembre pasado, Hammer se refugió en las Islas Caimán.

 

Conserje personal

El productor de Desus & Mero, Muna Mire, publicó una foto de un folleto de un club de vacaciones en las islas, que tenía una foto de Hammer y lo identificaba como un “conserje personal”.

TMZ y Variety confirmaron que el actor está trabajando como vendedor de tiempo compartido y las redes sociales se incendiaron. No podían creer que ahora tuviera que trabajar para vivir, pues se sabía que provenía de una familia millonaria.

Un abogado de Hammer dijo, “No puedo confirmar ni negar el informe porque Armie no lo ha abordado. Creo que es una m****a que, si está vendiendo tiempos compartidos, los medios lo avergüencen por tener un “trabajo normal”.