El rey Carlos III y su hermano, el príncipe Andrés, se encuentran en una disputa inmobiliaria de la famosa propiedad en Royal Lodge con un valor de $46 millones de dólares que el monarca le regaló a su hermano, según informó el medio Page Six.

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El príncipe Andrés ha contratado constructores con el dinero heredado de su madre, la reina Isabel, para que reparen algunos problemas de humedad y moho en su propiedad. A pesar de que la mansión estará en reparación, el príncipe no se mudará ni temporalmente a otro lugar por el temor a que su hermano le quite la propiedad.

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Una fuente real ha declarado, según Page Six, que “el trabajo de reparación comenzó en Royal Lodge este mes y se extenderá hasta el final del verano”.

El motivo del monarca para quitarle la casa a su hermano es la situación económica por la que está atravesando, y así dar lugar a otros inquilinos que sí puedan cubrir los gastos que implica mantener la gigantesca mansión. 

La pobreza del príncipe Andrés se debe a que desde el 2022 fue relegado de sus funciones reales por la acusación de abuso sexual en contra de Virginia Roberts Giuffre, por lo que la falta de ingresos le impediría realizar todas las reparaciones en la mansión de 30 habitaciones.

“Se le aconsejó a Andrew que debería mudarse mientras se realizaba el trabajo porque la casa es prácticamente un sitio de construcción, pero se negó porque está muy aterrorizado de que la propiedad pueda ser confiscada en su ausencia”, reveló la fuente real.

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El rey Carlos III le ofreció una casa en Frogmore Cottage, propiedad donde los duques de Sussex vivieron un tiempo, sin embargo el príncipe ha demostrado que no obedece a su hermano, al prestarsela a su hija Eugine para que se recupere, pues acaba de dar a luz a su segundo hijo.

No cabe duda que la familia real sigue causando grandes polémicas, confirmando una vez más que las tensiones dentro de ella son cada vez más complicadas.