Para buenos documentales, este. Fake Famous es el documental de HBO y HBO Max estrenado este mes, que relata todos los trucos, actuaciones y exageraciones que puedes hacer para “engañar al sistema” y convertirte en una persona famosa… aunque realmente no lo seas. 

Tomando en cuenta el “modus operandi” de los influencers, el director Nick Bilton lleva a cabo un experimento en el que convierte en famosos a tres jóvenes residentes de Los Angeles con relativamente pocos seguidores en redes sociales: la aspirante a actriz Dominque Druckman, el diseñador de moda Chris Bailey, y el asistente de bienes raíces Wylie Heiner.

Bilton impulsa a cada uno de estos “influencers” comprando seguidores y bots falsos para interactuar con sus publicaciones, y emplea varios trucos y accesorios para fabricar fondos glamorosos: llenar una alberca inflable infantil con pétalos de rosa, rentar un muro falso que se asemeja al interior de un jet privado, etc.

El resultado es increíble, pues literalmente pasan de ser personas normales, a influencers famosos en redes sociales. Pero no todo es para bien. Wylie Heiner, por ejemplo, se siente incómodo cuando comienza miles de mensajes de parte de personas que no conoce. “Es triste pensar que estás buscando likes y la validación de extraños, y realmente no necesitas nada de eso. Eso es lo que me llevo de toda la experiencia, es que no necesito estos likes de personas al azar que apenas conozco”.

Chirs Bailey, por su parte, destaca la falta de autenticidad del experimento, diciendo: “Si me preguntas si prefiero tomar 100,000 seguidores falsos o 100 reales, me quedo con los reales todo el día”.

Y Dominque Druckman, la participante que más adopta el estilo de vida, acepta obsequios de marcas y viaja a Las Vegas con otros influencers, disfrutando al principio, y cambiando de opinión al entrar a la pandemia por COVID-19, diciendo: “No necesito alardear de que tengo cosas gratis sin ninguna razón en este momento”.

“Me di cuenta de muchas cosas sobre lo falso que es todo esto”, agrega Druckman. “Ver a personas influyentes publicar fotos en bikini mientras hay cantantes de ópera cantando en los balcones en Italia. ¿No puedes notar o reconocer o llamar a la acción a algo que no eres ni tú ni tu cuerpo en la playa? Simplemente se siente poco auténtico y me muestra algo que no quiero hacer. Aprendí bastante, pero sobre todo que todo no es lo que parece, que la gente lo está intentando pero al final del día está engañando a otras personas. Entonces, tratar de ser más honesto y transparente con las redes sociales es lo que haré para seguir adelante con mi Instagram”.

“No se trata solo de los seguidores falsos, las fotos falsas y la fama falsa que es tan preocupante aquí. Al final del día, no te hacen sentir mejor contigo mismo. Todo el concepto de influenciar implica sentirte peor”, concluye el director al final de la película.

“Creo que lo único que saqué de todo esto, es que casi el 90 por ciento de los niños de hoy quieren ser influencers famosos; ese es el trabajo que quieren más que cualquier otra cosa en este planeta. Y cuando ves los números, hay potencialmente alrededor de 200 millones de personas en las grandes empresas de tecnología, Instagram, etc., que se consideran influencers porque tienen un gran número junto a su nombre. Tienen un millón de seguidores, o al menos 100,000. Yo quería mostrar en esta película que ese número no es real. La mayoría de las veces, está completamente inventado”, añade.

En un mundo lleno de influencers, youtubers, tiktokers, y mucha falsedad, este documental es completamente necesario.