Moda

Por Alejandra Olmedo
¿Una Royal Wedding secreta? Ese fue el caso de Princess Beatrice y Edoardo Mapelli Mozzi. Su boda, originalmente planeada para el 29 de mayo, fue pospuesta por la pandemia. La celebración iba a tomar lugar en St James’s Palace, en Londres; sin embargo, dadas las circunstancias, la princesa y su ahora esposo decidieron llevar a cabo su gran día en Windsor, donde la reina Elizabeth II y Prince Philip están resguardándose. Acompañados de solo 20 invitados, sus amigos y familiares más cercanos, la pareja recitó sus votos. Pero como en toda boda real, lo más emocionante fue el bridal look de la princesa Beatrice.
Como un guiño a su abuela —hablemos de la nieta consentida— la princesa decidió reciclar un vestido de la reina diseñado por Norman Hartnell, el mismo modisto que hizo el vestido de novia de Elizabeth y el vestido para su coronación en 1953. La prenda en cuestión fue lucida por la monarca en 1962 para asistir a la premiere de Lawrence of Arabia y, cuatro años después, la llevaría a la apertura estatal del Parlamente, en 1966. Beatrice of York decidió hacerle un par de alteraciones para inyectarle su personalidad y la esencia del día, agregando un par de mangas al diseño original.
Pero el vestido no fue el único detalle que la princesa incluyó como alusión a la reina. La tiara que llevó a juego fue la misma que la monarca escogió para el día de su boda con el duque de Edinburgh. Se trata de la Queen Mary Diamond Fringe tiara, una joya comisionada a Garrand & Co. en 1919 y hecha a partir de un collar que la reina Victoria le regaló a Mary of Teck en 1893. Además de la reina Elizabeth II y Princess Beatrice, la pieza fue utilizada por Princess Anne para su boda con Mark Phillips.
Como dato curioso, la tiara sufrió un accidente horas antes de la boda de la reina y Prince Philip. Pero por suerte, los joyeros pudieron arreglar la joya en cuestión de horas, en tiempo para la ceremonia en Westminster Abbey.