Si te gusta cuidarte, el pan de espelta debe formar parte de tu alimentación, por su gran cantidad de fibra y un gluten muy fácilmente digerible. Otra ventaja es su sabor, parecido al del trigo tradicional. Te contamos sus principales beneficios…

¿Qué es la espelta?

Hablamos de un pequeño cereal y con mucha cáscara habituado a la humedad y los climas fríos, con cierta dificultad para adaptarlo a las grandes producciones industriales, lo que resulta muy interesante para los pequeños artesanos del pan. Sus valores nutricionales lo sitúan como uno de los cereales más recomendables para nuestra alimentación.

Un poco de historia… 

Su origen está datado hace al menos 7.000 años en la zona de Asia Menor, y aunque no apareció en el Viejo Continente hasta la Edad Media, enseguida se convirtió en un cereal muy apreciado gracias a su capacidad para adaptarse a los climas fríos y húmedos de Centroeuropa, donde durante muchos siglos fue la base de la alimentación de prácticamente todas las capas sociales. Con el tiempo y la mecanización agrícola, el trigo fue ganando terreno y la espelta cayó en el olvido, debido entre otras cosas a su pequeño tamaño y a lo difícil que era su panificación.

Propiedades y beneficios

Conocida en Asturias como escanda, la espelta aporta un montón de nutrientes, minerales y vitaminas como el magnesio, calcio, selenio, hierro, manganeso y zinc, además de betacaroteno, vitamina E y vitaminas del complejo B, especialmente niacina, que está especialmente indicada para los problemas digestivos. Por si todo esto fuera poco, el pan de espelta, aunque es muy energético, contiene menos calorías que el elaborado con la harina de trigo clásica, su consumo diario ayuda a disminuir los niveles de colesterol y regula el metabolismo. Causa menores problemas alérgicos que otras harinas y gracias a su alto contenido en triptófano, estimula la producción de serotonina.

Gran alidado frente a los problemas digestivos

En los últimos años se han recuperado algunos cereales un poco olvidados para tratar de solucionar la gran cantidad de problemas digestivos que han aparecido en la sociedad moderna. Entre otros la espelta, que se digiere mucho más fácilmente que el trigo, pese a que contiene gluten al igual que este, pero un gluten mucho más débil que facilita por ello la digestión. En Madrid, puedes encontrarlo en Vanille Bakery Lab, tanto sus hogazas semiintegrales como sus crackers dulces de espelta a base de huevos, agua, agua de azahar, sal, ralladura de naranja, mix de semillas, levadura, aceite vegetal y harina de espelta semiintegral y de trigo integral. Respecto a las hogazas, son 100% masa madre, pesan alrededor de un kilo y se elaboran en el obrador con harina de espelta ecológica molida a la piedra (integral al 70%), agua y sal.

Un dato en su contra: es algo más caro que otros panes

A pesar de que su consumo ha aumentado muchísimo en los últimos años, los agricultores aún no han tomado conciencia de ese cambio en el consumidor final, de modo que las producciones de espelta son muy bajas y eso repercute en el precio, pues para el panadero supone un mayor esfuerzo en la panificación y los costes.

*Imagen: Getty Images y cortesía