Marine Serre es parte de la nueva generación de diseñadores que están creando conciencia y haciendo un compromiso con el medio ambiente, y para esta edición de Fashion Week en París, la francesa ideó una colección de 45 siluetas denominada Marré Noire (Marea negra).

Se trata de una serie como una declaración sostenible que incluye abrigos e impermeables de plástico, prendas sastreadas y camisas de vibra setentera con las que implementó una visión hacia el futuro. Modelos representaron personas sobrevivientes a un apocalipsis por el cambio climático que generó la extinción de nuestra especie.

El show abrió con siluetas voluminosas en negro construidas de muaré, continuó con looks vibrantes en rojo donde abrigos y sets sastreados caían sobre lencería de algodón y jumpsuits en tejido de punto. Los tonos son cambiantes y el negro hace referencia al aceite tirado al mar que acelera los cambios ambientales, así como el rojo es una oda a la sangre extraída.

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Los materiales principales para la construcción de las prendas fueron plástico reciclado, cinturones metálicos recolectados y conchas marinas para los aretes además de recipientes de agua también reutilizados. Brocados, telas con efecto satinado, detalles de encaje, drapeados y acabados deshilados le dieron movimiento a las prendas.

Pero, hablemos del mejor momento del desfile: Dos perros se robáron toda la atención de los espectadores, uno de ellos Pomerania. ¿Qué quiso representar Marine con esto?  “Los perros son alusivos a las mujeres burguesas que quieren escapar de paisajes mutantes tras el apocalipsis”, comentó la diseñadora según Hypebeast

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Lunas crecientes son el sello distintivo de la firma que siempre está presente en las colecciones de Serre y esta vez no fue la excepción. Se fusionaron armoniosamente con animal print y flores. Además, plantas y dragones terminaron jugando un papel importante en los looks que cerraron el desfile.

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La creativa francesa creó piezas en denim deslavado combinadas con prendas como vestidos y suéteres de crochet en blanco. Medias con las ya icónicas lunas crecientes, guantes de plástico, fanny packs y botas altas en látex fueron el complemento perfecto a cada look.

Pañuelos ligeros, gorras y cubrebocas representaron el problema ambiental al que nos enfrentamos y los riesgos que corremos, luces infrarrojas y textiles construidos con la misma textura de una toalla hablan de las necesidades utilitarias de una sociedad que se enfrentó al apocalipsis.

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*IMAGEN: Getty Images