Sabina Belli es una mujer criada en Italia que ha vivido al rededor del mundo. Belli es parte de ese reducido 5% de mujeres que liderean una empres, en su caso es la CEO del grupo Pomellato. Antes de entrar al mundo de la joyería, trabajó en Ogilvy & Mather y en Young & Rubicam, agencias de publicidad con representación en todo el planeta. También estuvo en L´Oréal en la división de lujo y en LVMH, donde pasó por varias marcas pero al final estuvo a cargo de una joyería antes de integrarse a Pomellato. Una carrera internacional en compañías ampliamente reconocidas, una familia, viajes, poder, en esta jungla profesional Sabina ha sabido trazarse un camino exitoso, a pesar de ser mujer y ¡abuela! Desde su trinchera nos cuenta sobre su lucha para apoyar a las mujeres, a las comunidades marginalizadas y su compromiso para lograr esa igualdad sin importar el género.

GRAZIA: #Pomellatoforwomen, ¿cómo se te ocurrió esta idea?
Sabina Belli: Ha sido un viaje muy interesante para mí, moverme como alguien que ha tenido el privilegio de disfrutar todo tipo de libertades desde que nací, porque nací en una nación libre, en una familia de libre pensamiento con mujeres trabajadoras, con mentalidades vanguardistas que me permitieron escoger lo que yo quisiera hacer en la vida. Pude elegir tener una vida privada como la imaginaba, así como nunca se me ocurrió que otras mujeres pudieran estar en una situación complicada simplemente por sus ambientes culturales, que las privaron de hacer su vida libremente. Así que cuando me integré al grupo Pomellato, periodistas, editores, todos me cuestionaron si me daba cuenta de que solamente el 5% de los CEOs eran mujeres. En ese momento mi respuesta era no, porque en ese momento no lo sabía, nunca había pensado en ello. Entonces, me mantuve al margen, y para serte muy honesta, era un tema que me molestaba. ¿Por qué teníamos que hablar de mujeres que desempeñaban papeles diferentes en un campo meramente masculino? Cuando vi las estadísticas, cuando realmente vi la situación, entonces sentí que tal vez yo podría ser la voz para otras generaciones de mujeres, particularmente para mis hijas, tengo tres que ya son adultas, y tal vez podría ayudar en lo que al principio me parecía un tema no muy importante, pero que se estaba convirtiendo en un tema muy profundo. Así que lanzamos #Pomellatoforwomen porque nos gustó la idea de comunicar que a Pomellato le importan las mujeres y se convirtió en un juego de palabras (Pomellato pertenece al grupo Kering del Sr. Pinault y la pronunciación del nombre del grupo es igual a la palabra inglesa “caring” que significa cuidar, importar). Había mensajes muy significativos y empezamos la plataforma justo cuando el #MeToo comenzaba, por mera coincidencia. Eso fue una oportunidad tremenda que nos subió de inmediato a esta megatendencia para tener un debate con un propósito más grande que el de únicamente ser una casa de alta joyería.

Fotos de producto cortesía Pomellato.

Empoderar a las mujeres, hoy es una frase común ¿Qué tanto se da por hecho? 
Algunas veces también me doy cuenta de la yuxtaposición de estas palabras “empoderar a la mujer” es per se una especie de dilema puesto que las mujeres siempre ha tenido dificultad para manejar el concepto de poder. El poder no es un valor atribuido a las mujeres. Los hombres son poderosos, las mujeres deben ser gentiles, buenas y bellas. Entonces la sociedad se ha construido durante siglos sobre estos pilares, donde la valentía, el honor, la lucha y el poder estaba en la esfera masculina mientras que la belleza, la bondad, la generosidad y la ternura eran más femeninas, y otra vez la yuxtaposición de mujeres poderosas estaba creando de facto esta visión y esta representación de una mujer que no cabía en la esfera femenina y por tanto se consideraba peligrosa, daba miedo. Porque una mujer poderosa qué tanto puede interferir en la esfera de los hombres poderosos. Recientemente, como bien sabes, la fluidez de géneros y el entender que los hombres también puede ser tiernos, gentiles, frágiles y las mujeres pueden ser poderosas y valientes es una discusión mucho más abierta y normal. Nos estamos moviendo hacía allá pero tenemos que asegurarnos que desde la educación que las familias dan a niños y niñas a temprana edad, ellos se vean a sí mismos empoderado para tomar sus propias decisiones y no influenciadas por lo que otros quieren que sean. Es muy común hoy en día en la dirección de una empresa incluir en la evaluación de competencias y desempeño la pregunta: ¿Qué tanto te gusta tu trabajo o área? Es una pregunta que nadie hace y es fundamental. Porque haces bie lo que te encanta hacer. Cuando recibes esos reportes del colegio que te dicen en esta materia tu hija hace lo que le gusta ¡pero claro! Porque hacemos lo que nos gusta mejor que lo demás. Así que el sistema educativo no está diseñado para promover lo que realmente te gusta. Tal vez sea mejor apoyarte para convertirte en el experto de lo que te gusta en lugar de ser mediocre en lo que no te gusta.

¿Cuál es tu consejo para las mujeres que trabajan en ambientes masculinos? 
Todo comienza con una conciencia profunda de que vales lo que eres, cotizarte igual que tu par. En general las mujeres tienen este miedo natural de no sentirse al mismo nivel que los hombres, de no ser tan buenas o estar tan bien cotizadas en ese puesto. Entonces el criterio número uno es tu valor en dinero, me refiero al indicado económico de qué tan competente la compañía piensa que eres. El dinero que produces cada mes es un indicador de que tu compañía te muestra vis à vis tus competencias. Si eres igual de competente que un compañero, hombre o mujer, tu salario debe ser igual, porque tus resultados y habilidades son los mismos. Eso es de ya un  paso simple que toda mujeres debe considerar. En algunas culturas se piensa: como es mujer trabaja menos porque tiene que irse temprano a atender a su familia o lo que sea. No. Si tienes las mismas habilidades, tu sueldo debe ser el mismo. Esta es la prioridad número uno a saber para toda mujer que trabaje en el mundo empresarial, que no te dé miedo o pena hablarlo con facilidad y naturalidad. ¿Podemos hablar de mi sueldo? Debe ser un tema tan fácil a tratar con tu jefe como cuando vas al doctor y le preguntas sobre tu salud o tu peso. La segunda cosa seria el nivel de habilidad de hacer algo si crees que puedes hacerlo, puedes y nadie puede distraerte de ese objetivo. Siempre habrá comentarios negativos “ese no es un trabajo para una mujer porque requiere de más tiempo o más compromiso o es más físico”. ¿Por qué debe ser así? No te dejes atrapar por ese tipo de trampas de género, por llamarlas de alguna manera. Asegúrate de no ser la eterna luchadora, porque pelear requiere de un alto consumo de energía generalmente negativa. También creo en el poder de una fuerza más equilibrada, entender las batallas que hay que pelear y ganar y las que hay que perder. En ese caso vas a lograr un mejor equilibrio en lugar de estar permanentemente frustrada y no ganar todo. Lo que la empresa ve, cuando hay un equilibrio, es alguien más enfocado y no alguien agitando que no da prioridades.

Fotos de producto cortesía Pomellato.

¿Qué mujeres te inspiran? Además de las que están en tu campaña. 
Siempre es difícil escoger a una mujer, pero tengo una anécdota personal que me sacudió mucho. Un día iba en el metro de París, temprano por la mañana y estaba mirando el vagón a mi alrededor. Noté a todas estas mujeres que estaban sentadas en sus asientos, yendo a trabajar y tuve un increíble sentido de la solidaridad, todas estábamos tan solas. Toda esa soledad que de pronto sientes por la lista interminable de cosas por hacer en casa, en el trabajo. Y allí estábamos, en el metro, por la mañana, con nuestras bolsas listas para enfrentarnos a la cotidianeidad laboral. Y al final del día y de regreso a casa, tal vez tendrían que lidiar con un esposo problemático que se quedó sin trabajo, con problemas de alcoholismo, tienen un hijo que no va a la escuela, una mamá enferma… Y esa mujer me inspira porque es desconocida, invisible, nadie la voltea a ver, nadie se da cuenta de que tiene tanto que pelear y nadie habla de ella porque no es una celebridad. Ella me inspira muchísimo porque una vez que más proveemos para un hogar y ella se asegura que sus hijos estén sanos, limpios y que los vean como gente decente. En algunos países habla del soldado desconocido, este que murió por su patria  y no tiene nombre, esta es la mujer desconocida y deberíamos construirle una flama, hay tantas que nadie conoce y son luchadoras, son soldados de una sociedad que ellas no eligieron. Esas mujeres existen en todos los países y alguien debería honrarlas por ello. Y esto nos lleva a darnos cuenta de lo privilegiadas que somos.