Harvey Weinstein, el magnate de Hollywood que fue condenado por violación en 2020 y que se convirtió en el mayor antagonista del movimiento #MeToo, podría tener una reevaluación de su caso en la corte.

El jueves 25 de abril, un tribunal de apelaciones de Nueva York anuló su condena basándose en que los testimonios proporcionados por mujeres que no habían presentado casos contra él, podrían haber perjudicado al jurado en su contra.

El abogado del caso, Arthur Aidala, dijo a la prensa frente al Tribunal Penal de Manhattan que “la ley no se aplicó de manera justa”.

Otros condenaron el fallo como una maniobra legal que dificultará las cosas para las víctimas de agresión sexual. Douglas Wigdor, quien representó a ocho acusadoras de Weinstein, dijo que “la decisión es incorrecta. La evidencia era importante para mostrar el motivo y la intención del acusado”.

“Es reconfortante que la ley sea capaz de autocorregirse cuando el error humano nubla el proceso”, dice Juliet Williams, profesora de estudios de género en la Universidad de California-Los Ángeles. “Al mismo tiempo, es profundamente desalentador vivir bajo un sistema legal que continúa fallando a las víctimas de violencia sexual”.

El testimonio de mujeres que habían sido abusadas por Weinstein pero que no formaban parte de la demanda fue relevante y vital para este giro en la historia.

El movimiento #MeToo, que fue iniciado por las acusadoras de Weinstein no solo provocó la condena del poderoso productor de Hollywood, sino que también condujo a reportajes ganadores del Premio Pulitzer y películas complementarias.

El fallo del jueves no significa libertad para Harvey Weinstein – que aprovechó su poder para abusar de mujeres, desde asistentes desconocidas hasta estrellas como Gwyneth Paltrow, Salma Hayek y Ashley Judd – sino una reapertura de su caso en la corte que podría llevarlo a medidas menos duras o menos años de cárcel.