Elvis Presley, el Rey, el ídolo del rock & roll cuya hazaña musical ha trascendido con el paso de los años, también tuvo una vida amorosa y, según lo que sabemos, no fue tan “correcta” conforme a lo que ahora conocemos del amor.

Los tiempos cambian, las costumbres avanzan y se vuelven más civilizadas, pero eso no quita que famosos del pasado se hayan comportado de maneras que ahora no son tan “bien vistas”.

Elvis es uno de ellos.

De acuerdo con información publicada en The Telegraph, a Elvis “le gustaban sus chicas vírgenes, domesticadas y devotas, o menores de edad y disponibles”.

Y es que, como se sabe y ahora lo explora el director Baz Luhrmann en la nueva biopic, Elvis Presley pasó de ser un niño pobre nacido en el pueblo de Tupelo, Mississippi, a la estrella de rock & roll más famosa del mundo.

Fans por todo el mundo deseaban conocerlo y, Elvis tuvo que interpretar a su modo lo que “amor” significa.

Sin embargo, la película – protagonizada por Austin Butler – evade el polémico comportamiento del cantante en sus relaciones amorosas y sexuales, y se enfoca en el indiscutible ascenso profesional del cantante.

Detrás de Elvis estaba su manager, codicioso e intrigante, el coronel Tom Parker (interpretado por Tom Hanks), quien alienta a Elvis a aparecer soltero todo el tiempo con fines publicitarios.

Por lo tanto, su esposa Priscilla Beaulieu, estuvo bajo la sombra que le proyectaban los reflectores.

“Priscilla siempre fue un personaje periférico, leal a su esposo a pesar de sus constantes infidelidades”, publica The Telegraph.

“De hecho, la película retrata una versión bastante aséptica de su relación con Priscilla. La realidad era que su comportamiento era mucho más perturbador, al igual que la mayoría de sus relaciones con las mujeres”, añade.

Todo comenzó desde niño, en casa

Desde pequeño, Elvis ya era el “hombre de la casa”. En 1938, cuando tenía 3 años, su padre fue enviado a la cárcel por falsificar un cheque. 

A partir de ese momento, Elvis, que era hijo único, llamó “bebé” a Gladys, su madre y se hizo cargo de ella.

También cuidó de su tía Lillian.

“Elvis había aprendido las recompensas de prestar mucha atención al sexo opuesto y su mujeriego comenzó temprano en su carrera. Jimmy Snow, el cantante de country que compartió habitación con él en la gira de 1955, recordaba que Elvis traía hasta tres chicas por noche a su hotel”, dice el diario británico.

Dicen, que las personas cercanas al cantante conocían su preferencia por jóvenes morenas con ojos bonitos y traseros redondos. 

Entre 1958 y 1968, cuando la carrera de Elvis se centraba en las películas de Hollywood, la mayoría de las noches le traían una selección de mujeres a su hotel para que pudiera elegir.

Y así, “mientras todo esto sucedía, Elvis siempre tenía una ‘mejor chica’ – virginal, devota y domesticada – esperando en casa”.

Con Priscilla, este trato parece haber sido particularmente extremo en un sentido que la película de Luhrmann pasa por alto, dicen los críticos de cine. 

La Priscilla de Elvis es amada por ser ella misma. “Nunca conocí a nadie como tú”, le dijo Elvis. 

Y es que, a diferencia de todas las demás chicas que eran sus novias, en Priscilla encontró algo lo “suficientemente bueno” para casarse y hacerla su única esposa… aunque eso no implica que él haya cambiado de comportamiento.

Ella solo tenía 14 años y él 24 cuando se conocieron en el verano de 1959 en Alemania, donde Elvis estaba haciendo su servicio nacional y Priscilla vivía con su padrastro, un capitán del ejército de Estados Unidos.

“El abuso de Elvis de su poderosa posición con las chicas es inquietante, por decir lo menos. Muchos aspectos del romance de Priscilla y Elvis son igualmente inquietantes y se pasan por alto de manera similar en la película, al igual que sus fetiches y el voyerismo sobre las relaciones sexuales, y un aparente odio por el sexo oral”, revela The Telegraph.

Y así continuó su vida hasta su divorcio de Priscila e 1973 y hasta su muerte, en 1977.