Sophie Turner, la estrella de la aclamada serie, Game of Thrones, reveló en una entrevista el estado de salud mental que vivió durante el rodaje.

Sophie Turner no solo se ha enfrentado a situaciones difíciles en su papel como Sansa Stark. Durante el rodaje de la serie más aclamada de HBO, Game of Thrones, la actriz reveló en una entrevista con Dr. Phil lo incómoda e insegura que se sentía y lo mucho que tuvo que trabajar para amarse a sí misma.

Al principio de las grabaciones y durante las primeras temporadas, la actriz cuenta haber disfrutado mucho todo el proceso hasta el punto de no poder creer que le pagaran por hacerlo. El trabajo ideal de muchos se convirtió en una pesadilla después de alcanzar la fama y estar totalmente expuesta a comentarios negativos sobre su aspecto físico. Empezó a cuidar demasiado sus ángulos frente a la cámara y comenta que todas las críticas en torno a su peso y cutis afectaron también a su papel protagónico como Sansa.

En vez de disfrutar la adolescencia, la depresión se apoderó de su vida pues no quería salir de su cuarto. “Creí [en] todos esos comentarios negativos y caí deprimida por años”, comentó. Tras sacar adelante la serie y luego de años de terapia, Turner cuenta que aún es sensible a las críticas negativas pero se siente mucho mejor al respecto. “Me amo a mí misma”, agregó.

Su fiancé, Joe Jonas, y mejor amiga, Maisie Williams, han sido personas de gran apoyo para la actriz. Ambos la han apoyado durante el proceso y motivado a seguir adelante haciendo caso omiso a las represalias.

Con el lanzamiento de la última temporada, distintas celebridades han compartido las historias de “terror” que vivieron durante los casi diez años de rodaje. Por su lado, Emilia Clarke contó su historia a través de The New Yorker sobre el delicado estado de salud que vivió.

 

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