Japón es, desde hace unos años, sinónimo de modernidad y tecnología. Tokio, la capital, brinda a los visitantes una experiencia tecnológica y totalmente vanguardista del mundo; pero otros destinos más clásicos culturalmente hablando, como Kioto, permiten conectar con las raíces del país.

Es justamente en Kioto donde el renovado hotel The Shinmonzen ofrece una versión moderna del ryokan japonés, respetando los elementos fundamentales que lo convierten en un espacio tradicional, pero añadiendo las comodidades y la tecnología necesarias para transformarse en un espacio de primer nivel.

Empezando por la fachada, The Shinmonzen cumple todos los requisitos de una casa tradicional machiya de Kioto, desde la simetría de poca altura de su madera oscura hasta sus tejas curvas. Sin embargo, al entrar, la atmósfera se desvía hacia el futuro con una inesperada combinación de materiales y texturas tradicionales, con espacios totalmente adaptados a la modernidad.

A pesar de su apariencia externa, el hotel ubicado en el histórico distrito Gion de Kioto, fue diseñado y construido desde cero por el arquitecto Tadao Ando, ​​trabajando codo a codo con el hotelero Paddy McKillen, como ya lo hicieron en la Villa La Coste del sur de Francia.

Con vistas al sereno río Shirakawa, The Shinmonzen combina toques de la estética de Kioto con su ADN europeo, cortesía de la arquitectura de Ando y el interiorismo de Rémi Tessier, que contiene una colección épica de arte contemporáneo.

“Me enamoré de Kioto hace 20 años”, explica en una entrevista McKillen, o Paddy-san, como todos lo llaman en Kioto. “Fue realmente un amor por Japón, la gente, la cultura, omotenashi (hospitalidad) y las artes lo que me hizo querer abrir un hotel aquí. Siempre quisimos algo bijou en medio de Gion que estuviera en consonancia con la tradición de la arquitectura circundante. Me inspiré en la idea de un ryokan, una posada tradicional japonesa, y le pedí al señor Ando que diseñara una versión contemporánea de esto”.

“Así que nos vimos obligados a crear una fachada de madera y tejas japonesas conocidas como kawara. Por lo tanto, intentamos diseñar el exterior con un estilo japonés tradicional, pero en el interior se puede encontrar un nuevo mundo moderno completamente diferente”, dice a su vez Ando, en relación al tradicional distrito Gion, donde se construyó The Shinmonzen en lo que era su antiguo estacionamiento.

Dentro del hotel, las exhibiciones de obras de arte contemporáneas que cambiarán regularmente, se roban el espectáculo, desde Pink Days de Louise Bourgeois, una pintura de Damien Hirst y los tarros lunares de Yoon-Young Hur en el vestíbulo de la planta baja, hasta la fotografía de Geisha de Mary McCartney, hay de todo y de lo mejor entre sus espacios.

Las habitaciones, por supuesto, cuentan con una versión elevada (literalmente) y mucho más cómoda de los tradicionales futones que se encuentran sobre el tatami (piso de bambú), añadiendo un sentido contemporáneo. 

Todas las habitaciones tienen, además, balcones privados con vista al río, plantados con musgo irlandés y jazmín de estilo provenzal. Los detalles interiores, por su parte, incluyen mamparas de shoji de papel deslizantes y jarrones de pared angulares de cerámica de Takayuki Watanabe, además de cabeceros y mesas de sicomoro tallado naturalmente de Longpré. 

Y muy, muy en la intimidad del descanso, se encuentran un montón de detalles de estilo y lujo francés, como las manijas de las puertas plateadas fabricadas en Francia, las batas de baño blancas de Ploh y la ropa de cama de algodón orgánico de 500 hilos de Pedersoli.

“Cada una de las nueve habitaciones tiene un diseño completamente diferente y un carácter único”, añade Ando. “Es un buen equilibrio entre occidente y oriente”.

Entre las próximas amenidades que abrirá, The Shinmonzen tendrá un restaurante del chef Jean-Georges Vongerichten, diseñado por Stephanie Goto; una pastelería cruzando la calle; y un spa en el sótano con un maestro de reiki nativo de Kioto.

El hotel, que tuvo una apertura de solo una noche en abril de 2020, justo antes de verse forzado a cerrar por la pandemia, reabrió oficialmente este diciembre de 2021, listo para recibir a sus exigentes huéspedes.