Stella McCartney tomó control total de su homónima firma en una negociación histórica con el conglomerado, Kering. Esto es lo que quiere decir el poderoso movimiento.

En tiempos donde los conglomerados reinan la industria, hoy se dió a conocer una de las noticias más esperadas dentro del negocio de la moda: Stella McCartney es ahora la única dueña de su homónima firma luego de comprar el 50% de las acciones a Kering.

El negocio pasará a la historia como uno de los movimientos más importantes en la segunda década del siglo XXI. Pero te preguntarás, ¿por qué?

Hoy, fundar y crecer un negocio capaz de competir con las firmas de lujo ya establecidas, es imposible. Pocos, a menos de que el nombre sea uno que ya estaba olvidado, han logrado crear firmas sólidas sin la necesidad de acudir a conglomerados como Kering, LVMH, Prada o incluso  Comme des Garçons para financiamiento. Entre ellos se encuentran firmas como Dries Van Noten y Vetements. Sin embargo, todo el folklore que encierra el verdadero sueño de lujo es precisamente eso: un sueño casi utópico.

Hoy, Stella McCartney consigue libertad absoluta y se une a la lista de valientes que luchan por competir con estas monstruosas empresas, que hay de subrayar, son verdaderos guerreros en el negocio.

Aunque el “divorcio” fue completamente amigable, no hay que dejar de lado que recuperar las riendas de tu logro, es realmente satisfactorio.

El éxito de Stella McCartney se ha dado gracias a su idea vegana y ecológica. Su estética atemporal, la ha posicionado como una de las diseñadoras más importantes en las escenas de Londres y París (donde presenta sus colecciones temporada tras temporada). Además, el bolso Falabella es uno de los favoritos por brindar comodidad a base de un diseño completamente timeless e icónico; y lo mejor de todo, sin usar cuero.

Con esta noticia, ¿podrá ser que haya un regreso a su ciudad natal? Y, ¿qué habrá del crecimiento de la firma a nivel mundial?

*IMÁGENES: Shutterstock y Mondadori Photo