Cuando se trata de bolsos clásicos, Dior los tiene [casi] todos. El Lady Dior, el Saddle Bag, el 30 Montaigne… y la lista continúa. Pero la belleza de uno emblemático se afianza con un toque de monocromía absoluta en mate, que es precisamente el más reciente lanzamiento de la maison. Teñido totalmente —sí, hasta los detalles que estamos acostumbradas a ver en metálicos— cada diseño toma una nueva dimensión, un tanto avant-garde, para encantar a las más exigentes y ponerle color, pero al mismo tiempo un poco de sobriedad, a un outfit. Eso sí, conservan su esencia en cada detalle.

Seguro ya conoces la historia de cada uno: Lady Dior un emblema gracias a la princesa del pueblo, Lady Di; el Saddle, una creación de John Galliano, popularizada por Carrie Bradshaw y que afianzó su prestigio con una edición especial de doce bolsos alusivos a doce naciones; y finalmente 30 Montaigne, el nuevo ícono concebido por Maria Grazia Chiuri que sintetiza el ADN completo de la maison. Ahora, los tres se unen por primera vez en un lanzamiento cápsula que, seremos sinceras, nos ha flechado por completo.

El resultado es sofisticado y reinventa con cierta modernidad a estos clásicos a través de la profundidad de un pigmento. Con cierta afinidad digital —y nos referimos a esa paleta que asociamos automáticamente con cualquier visual virtual—, cada modelo desdobla un sinnúmero de posibilidades: para llevarlo de día o de noche, según tu agenda, o simplemente para tenerlo a tu lado mientras trabajas desde casa… un bolso siempre será el mejor acompañante.

Dior nos está seduciendo en colores. Y es que en definitiva, aunque amemos la versión clásica de cada modelo, no hay nada más atractivo que el dinamismo de un accesorio monocromático puro en su estilo.

*IMÁGENES: Cortesía Dior