Situado en la playa del Cable, en Marbella, Playa Padre se erige como uno de los beach clubs más exclusivos de este enclave mágico de la Costa del Sol. A la vista de pocos, y deseado por muchos, su recóndita ubicación, a la que se accede desde un polígono industrial en el que otrora pasaba desapercibido, es la localización más deseada del momento en la que futbolistas, estrellas de la Fórmula 1, aristócratas, empresarios y grandes fortunas disfrutan bajo el sol, a golpe de cóctel y a orillas del Mediterráneo, de la mejor gastronomía fusión marbellí en un ambiente boho-chic con reminiscencias del caribe mexicano, estudiada al milímetro y que rebosa buen gusto.

¿Su sello ganador?, el grupo Mosh, que ha forjado desde el 2016 una combinación ganadora entre mundos habitualmente irreconciliables en cada uno de sus siete locales de la zona: el ocio, el espectáculo y la música, con la gastronomía de primer nivel.

Playa Padre es, en resumidas cuentas, una experiencia sensorial, diferente y palpitante, muy alejada de la clásica cocina a pie de playa. Su cocina fusión, en la que destacan sabores de la cocina mediterránea y asiática con toques mexicanos, argentinos y, en definitiva, propuestas gastronómicas que respiran la pureza, la autenticidad y la reinterpretación de recetas icónicas de todo el mundo, destaca por otorgar el protagonismo a ingredientes frescos de excelente calidad y de origen local.

Al mando de los fogones está Franco Franceschini, chef ejecutivo de los restaurantes del grupo, y su equipo, que transmiten su pasión y ponen el alma en cada creación. Un punto clave que se respira en cada una de ellas.

Entre sus propuestas sorprende un perfecto y difícil equilibrio entre dulce, salado y ácido que define su cocina, con creaciones como el orgasmo de remolacha, la burratina con salsa de chiles morita, el tartar de salmón, el original sopito de mini maíz con salsa de esquites, sus exquisitas empanadillas criollas, las alitas padre (perfectamente maceradas, tiernas y deliciosamente especiadas), las delicadas elaboraciones de sushi, sashimi o niguiris, la hamburguesa de wagyu, sus exquisitos postres, como las fresas Sophie…

En definitiva, platos para degustar en la hamaca o para disfrutar en sus mesas al aire libre y saborear propuestas originales, combinaciones sorprendentes y sabores únicos y adictivos al son de su omnipresente música envolvente y cautivadora. Sin duda es el lugar perfecto si lo que se desea es vivir una experiencia única en torno a la buena gastronomía y el ambiente más vibrante en este enclave sin igual de la costa malagueña.

La exótica coctelería merece una mención aparte. En ella es posible encontrar clásicos como el moscow mule, mojitos o margaritas, pasando por sus cócteles especiales, las limonadas variadas o propuestas healthy, siempre con una presentación espectacular.

Para clausurar la temporada estival no podía faltar una de sus legendarias fiestas temáticas en torno a la celebración del Día de Muertos el 1 de noviembre, que supone uno de los planes más esperados del año. La degustación de un menú especial o la programación ad hoc hará que esta noche tan señalada en el calendario adquiera un tono escalofriante y muy divertido en un ambiente repleto de catrinas, altares, caminos de pétalos, velas… para rendir homenaje a los que ya no están con mucho ritmo, buen ambiente y la mejor de las propuestas de la Costa del Sol.

*Imágenes: cortesía