Desde 2017, Lucie y Luke Meier están detrás del ADN minimalista de Jil Sander, su particular interpretación del concepto sobre siluetas incluye tonos neutros, materiales naturales y livianos y una clara reinterpretación de obras de arte llevadas a intervenciones textiles. Un nuevo concepto de elegancia firmado por ellos es definitivamente para una mujer imponente, distinguida y sobresaliente.

Jil Sander cerró con broche de oro el segundo día de Fashion Week en Milán, con una serie de 56 looks monocromáticos construidos de textiles como algodón, organza, gasa, raso, satín y tafeta de seda. Una vez más el negro y el blanco fueron protagonistas y contrastan con tonos como el verde, vino y destellos de azul y amarillo.

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Los creativos Lucie y Luke dejaron claro que los detalles hacen la diferencia. Botones contrastan con los tonos neutros, cinturones y drapeados acentúan la cintura y flecos, cordones y telas plisadas crean un aspecto relajado y fluido.

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Los estampados dan un efecto visual de movimiento y están inspirados en pinturas con combinaciones al óleo y en Fishblood, uno de los dibujos más icónicos firmados por Gustav Klimt. Además, factores naturales como aves, plantas, flores y peces estuvieron presentes. Las texturas son impecables y en relieve y fueron construidas con materiales como organza y lentejuelas.

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Bolsos mini, medianos y XXL acompañaron cada look igual que pumps de tacón alto, sandalias con detalles metálicos y botas altas. Y, ¿el complemento perfecto? Fue el maquillaje, representativo de la firma, minimalista y natural contrastó armoniosamente con labios color vino.

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*IMAGEN: Getty Images