Para la siguiente temporada, Salvatore Ferragamo destaca un aspecto en particular de sus prendas: el cuello. La firma juega con chalecos, abrigos, vestidos y blusas (en diferentes texturas) para enmarcar la cara con interesantes líneas.

La piel y el tejido predominaron sobre la pasarela al igual que los estampados animales. De colores, resaltaron el magenta, el rojo y el anaranjado sobre una paleta de suaves azules, marrones y negro.

En cuanto a los accesorios, botines, guantes, cinturones anchos, bolsos y brazaletes (predominantemente monocromáticos) completan la ecuación. Un evidente énfasis en la pureza de los materiales que apela directamente a la sofisticación.