Una colección de aires ochenteros en donde el color se convirtió en hilo conductor. Giorgio Armani propone looks en donde el fur se deslava del verde al negro, los abrigos se llevan en azul y rojo y los lunares brillan sobre el terciopelo.

El sombrero, junto a las chaquetas estructuradas, le imprime el toque masculino a esta temporada, junto con los mocasines también aterciopelados y grabados con monograma. La dualidad sucede cuando los pantalones crop y abombados se contrastan con blusas en transparencias que se fruncen en el cuello y los collares y correas de bolsos, adornan con tassels y flequillos.

Moños a la cintura o sobre el busto, apliques de cristal, satén y lentejuelas para la noche. Una entrega que habla de este juego entre hombre y mujer y que tanto le gusta narrar a Giorgio.