No debí tener más de 10 años la primera vez que escuché su nombre, Pedro Almodóvar, el cineasta manchego que transformó mi visión del mundo y me hizo saber que el rojo, más que un color, es una forma de ver la vida, de habitarla… Recuerdo haber quedado atónita al ver a Marisa Paredes (Vicky del Páramo) enfundada en el icónico Armani púrpura en Tacones Lejanos (1991). Ese fue el preludio de los impactos visuales que con el tiempo me harían saber, que el universo del cineasta, siempre estaría permeado de vitalidad, espontaneidad y absoluta irreverencia. Vaya ecuación.

Desde Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980) hasta las recientes Madres paralelas (2022), no he perdido ocasión para repasar su filmografía entera. Y es que como ocurre con el arte y la literatura, la obra nunca es la misma; se mantiene dinámica y dialogante aun con el paso de los años, con el contexto global y sus vicisitudes, dudas, dolores e inconformidades, como si el fondo que le sostuviese una naturaleza íntimamente humana, una danza eterna entre las pulsiones de vida y muerte.

El cine de Almodóvar enmarca la evolución del juego de colores, textura y formas para que el rojo resulte lo que es. Prueba inminente de ello es La voz humana, protagonizada por Tilda Swinton, la nueva musa de Pedro. Desde el inicio, el alarde de la gama de rojos ha construido una estética inequívoca con los guiños y (auto)referencias más emocionantes.

Si hablamos del vestuario, habrá que decir que su importancia no solo reside en “vestir” a sus personajes, sino en construirlos desde ahí. Cada atuendo tiene una narrativa, un protagonismo propio. Desde DiorLouis VuittonPradaGiorgio ArmaniPertegazPalomo Spain y Missoni, parece ser que no diseñador que no sucumba a colaborar con el director.

WE SHOULD ALL BE FEMINIST

El vestuario de Madres paralelas lo ha hecho Paola Torres, que ya trabajó con Pedro Almodóvar en La mala educación y Volver, pero no fue hasta Dolor y gloria cuando el manchego le encargó un ‘armario’ completo.

Todos los armarios de las ‘Chicas Almodóvar’ son especiales, sobre todo el de Julieta. Ella solo vestía de Prada.

El personaje de Penélope Cruz (Janis) se mete en la cocina con una camiseta muy especial. Es blanca y lleva una frase impresa: WE SHOULD ALL BE FEMINIST. La lanzó Maria Grazia Chiuri cuando aterrizó en Dior. Fue en 2016, año en el que transcurre la película de Almodóvar. Es ya una prenda icónica y Penélope la lleva, no porque esté de moda, sino porque se identifica con el mensaje.

El guionista y director cuenta con una trayectoria de más de 30 filmes que han consolidado el imaginario iconoclasta de Almodóvar en la mente de los cinéfilos. Fuertemente influenciado por la “movida madrileña” la estética de sus películas encuentra en el pop art, el arte kitsch, el estilo camp, el flamenco y Picasso sus principales referencias artísticas y culturales.