Moda
Cada que sucede un desfile de Gucci nos preparamos mentalmente para una marea de emociones. Es justo decir que Alessandro Michele es uno de los genios actuales de la industria que no sólo ha transformado a su casa, sino que ha sentado el precedente de muchísimas tendencias que hoy vemos por todas partes.
La reinvención de los códigos de una firma es algo complejo y el italiano ha sabido hacerlo con la precisión de un director de orquesta que cada colección, dirige una nueva melodía.
Crucero 2018 es prueba de la capacidad inventiva de Lallo; nos resulta fascinante que para tan sólo una transición entre temporadas haya creado un stock de 115 looks completamente distintos entre sí.
Tal y como si se tratase de una historia contada por tomos, nos llevó por la época medieval, los ochentas, los noventas (¡pantalones holográficos!), el Renacimiento y nos presentó piezas tan únicas que se pueden apreciar tanto en conjunto como solas.
LAS SILUETAS
Alessandro puso especial énfasis en siluetas holgadas que se movieran al caminar: culottes, camisas, túnicas, vestidos. La superposición de las prendas sigue jugando un papel importante para conseguir ese look como salido de las pinturas de época que cuelgan de las paredes de los palazzos.
LOS ACCESORIOS
Un pastel no es el mismo sin la confitería que se posa sobre de él y los accesorios son un elemento infaltable en las entregas de Gucci.
En el pelo, diademas al estilo de los Césares bañadas en dorado, turbantes, sombreros y aquellas mallas de las aristócratas de época. Peinados de Venus que aseguran largas melenas con cintas y perlas.
En las manos están las cadenas, anillos y guantes deconstruidos que apenas cubren las puntas de los dedos. Los bolsos se agrandan, se llevan como maletines y portafolios, lasa cangureras y las mochilas no pueden faltar y hasta la “bolsa del mandado” hace su aparición.
Los clásicos mocasines se llevan en estampado de serpiente, los sneakers como slippers y las mujeres se elevan por las alturas con plataformas en color, metal y estampadas. Además, las medias con los símbolos de la doble G recubren las piernas.
LOS DETALLES
Diminutas arpas suceden sutilmente sobre algunas de las piezas con el mismo ritmo de las que se tocan en el Palazzo Pitti. Estampados litográficos de pescados o felinos, flores, cuadros y más, hacen su aparición.
Capas en fur al estilo de los grandes reyes son esa nota suntuosa que nos transporta siglos atrás. Encaje en colores contrastantes, bordados, flecos, cadenas y sobre todo, un edit que trasciende géneros, en donde las prendas se llevan sin distinción y nos recuerdan que la complejidad con la que danza Gucci es un verdadero deleite.
