Sabemos que planear la boda no es una tarea fácil. Como toda novia querrás que el día más esperado de tu vida sea perfecto, pero hay algunas cosas de las que debes estar consciente y que estarán fuera de tus manos.

Por Andrea Sicilia

Todo el mundo sabe que el día de su boda será, posiblemente, uno de los más felices de su vida, que se pasa casi sin darte cuenta y que no todo sale como esperas. Pero, ¿qué es lo que nadie cuenta de las bodas? Te damos los diez episodios que debes conocer para que no te agarren en curva y disfrutes al máximo ese día tan especial.

El día previo a la boda estarás tan nerviosa que te darán ganas de mandar muy lejos a más de uno. Todo el mundo sabe que estarás histérica, pero a la gente le encanta mandar el típico mensajito de “¿Qué tal van esos nervios?”, que sinceramente no ayuda mucho a estar relajada.

Habrá invitados que en el último momento no acudirán, calcula aproximadamente el 10% de ausencia. Es probable que pase y hay que contar con ello, por un imprevisto o la razón que sea pero no pasa nada. También, se puede dar la situación de que un amigo te falle y no actúe como esperabas. Amigos que ponen excusas y no se portan como pensabas y, una vez más, no pasa nada. No dejes que estos contratiempos te resten la ilusión a lo que está por venir.

Casi todas las parejas discuten en los preparativos y los que lo niegan, no dicen del todo la verdad. Hay que elegir y concretar tantos detalles que pueden surgir desacuerdos, pero la clave es buscar el equilibrio para encontrar un concepto de boda que les guste a los dos y con el que se sientan plenamente identificados.

Por mucho que lo tengas planeado todo, algo no saldrá como lo tenías previsto, pero no tiene por qué ser para mal. Habrá cambios de última hora, detalles sorpresa de familiares y amigos… Ante todo no agobiarse y a disfrutar de las anécdotas que harán único tu día.

Una vez que el día termine te sentirás muy nostálgica. No es tristeza, pero sí te das cuenta de que has invertido meses organizando mil detalles y ese gran momento pasó en un abrir y cerrar de ojos. Lo mejor es tener la sensación de haberlo disfrutado cada segundo de verdad y que lo recordarás para siempre.

La noche de bodas es un mito. No siempre es así, pero en la mayoría de los casos los novios están tan cansados al terminar la jornada que lo único en lo que piensan al llegar a la habitación es, sencillamente, dormir.

Estarás tan pendiente de disfrutar con todos los invitados que han acudido a tu boda, que te olvidarás de comer y beber. Por supuesto, también disfrutarás de la barra libre pero la noche se te pasará volando entre fotos y bailes. Te recomendamos comer por lo menos un pequeño bocadillo durante la noche.

Aunque hayas creado tu lista de bodas, recibirás sobres. Siempre hay invitados, especialmente los mayores, que se sienten más cómodos entregando directamente dinero en efectivo (las costumbres). Aquí lo mejor es que cada uno haga lo que quiera y que designes a alguien que te cuide tu dinero.

Uno de los momentos de más nervios y a la vez de los más especiales del día será tu camino al altar. Por muy tranquila que estés, es normal que en ese preciso instante cuando vas del brazo de tu papá (o de quien te acompañe), los nervios y la emoción te invadan (quizá camines con lágrimas). Por eso pídele a tu padre que lleve un pañuelo.

Tu look de novia será toda una aventura. El momento de ponerte el vestido y el de ir al baño con dicho vestido, tus preciosos tacones y el previsible dolor de pies que te producirán (considera un par de flatssneakers), tus espectaculares joyas que acabarás quitándote conforme pase el día para evitar alguna pérdida y el peinado y maquillaje que no quedarán exactamente igual que en tu prueba. Ahora bien, seguro que todos los cambios serán a mejor y lucirás más guapa de como imaginaste.

Ante todo, disfruta cada momento de este gran día que será irrepetible e inolvidable. Esa será tu gran fiesta, la verdadera aventura comienza después de la boda.

 

Artículo publicado originalmente en Grazia.es
*IMAGEN: Cortesía