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El rey Charles III está tratando de modernizar la monarquía británica a como dé lugar, por lo que en una de sus primeras decisiones como rey, el hijo de la reina Elizabeth II ha prohibido el consumo de foie gras en todos los palacios de la familia real, esto como medida de respeto animal.
De esta manera, Charles III da la razón a los activistas por los derechos de los animales de PETA, que han hecho campaña durante mucho tiempo contra el famoso manjar francés que implica que los patos y los gansos sean alimentados a la fuerza y sin ética, para engordar sus hígados.
En concreto, el foie gras es un paté que está hecho de hígado de ganso o pato, y se come en ocasiones especiales, como la cena de Navidad, por lo que el decreto real fue elogiado por las organizaciones de bienestar animal.
“Puedo confirmar que la Casa Real no compra foie gras ni lo sirve en las Residencias Reales, y no hay planes para cambiar esta política”, dice un comunicado de People for the Ethical Treatment of Animals (PETA), tras ser firmado por el Maestro de la Casa del Rey, Tony Johnstone-Burt, con fecha del 10 de noviembre.
“PETA alienta a todos a seguir el ejemplo del Rey y dejar el foie gras fuera del menú esta Navidad y más allá”, dijo la vicepresidenta del grupo, Elisa Allen, en el comunicado.
El grupo dijo que, como agradecimiento al nuevo rey, enviará una cesta de imitación de “faux gras” hecha por un chef vegano.
En el Reino Unido, el foie gras se puede importar y vender, pero su producción está prohibida.
Charles ha sido conocido por adoptar una postura pública más fuerte sobre los derechos de los animales y los problemas ambientales que otros miembros de la familia real. De hecho, cuando todavía era el príncipe de Gales, ya había prohibido el foie gras en las residencias reales donde él se alojaba.
Alemania también prohibió su producción, pero la práctica continúa en Francia, Hungría, España, Bulgaria y Bélgica, según informes de PETA.
