El cutis es un reflejo de nuestra salud, y además de cuidar la alimentación y tomar dos litros de agua todos los días, es importante tener una rutina de belleza establecida. La limpieza es clave, así como desmaquillarte todos los días y cambiar tus sábanas constantemente, pero quizá encontrar los productos perfectos para tu tipo de piel te ha parecido difícil y tedioso.

Los aceites esenciales son una de las mejores opciones para el cuidado del rostro, y más en esta temporada de frío. El clima y los cambios de temperatura afectan la piel directamente, no solo la del rostro, también la de los labios y las manos, y el invierno es una de las estaciones más duras. Las bajas temperaturas, el viento, el calor seco de la calefacción, la falta de humedad… Estos son algunos de los principales agentes que, sumados a la contaminación, pueden hacer que la piel sufra.

Si te encantan los remedios y productos naturales, entonces los aceites esenciales son para ti. Te dejamos una guía para que identifiques tu tipo de piel y sepas cuáles son los indicados (puedas diluirlos en agua, combinarlos con tu cleanser favorito o con aceite fraccionado de coco):

 

Piel Seca

Las personas que más sufren durante el invierno son aquellas que tienen piel seca. Esta se caracteriza por presentar descamación y aspereza, seca al tacto y de apariencia opaca.

Si tu piel es seca puedes llegar a sentir comezón durante el invierno, lo cual genera que aparezcan rasgos de envejecimiento de la piel como líneas de expresión y flacidez facial antes de tiempo.

Mantén tu piel hidratada y cuida de ella durante esta temporada utilizando aceites esenciales de sándalo, geranio, cedro y lavanda.

Piel Grasa

En épocas de frío y viento, todas las pieles sufren sus consecuencias. Sin embargo, las pieles grasas pueden ser una de las más castigadas. Suelen volverse más pálidas debido a la disminución de los capilares de irrigación en la dermis. Esto, conlleva una menor cantidad de oxígeno y nutrientes en la piel, aumentando notablemente el número de células muertas.

Durante el invierno es necesario suplir la falta de agua que produce la secreción de grasa en este tipo de piel y nutrirla constantemente. Los aceites de ciprés, limón, naranja silvestre y árbol de té son ideales para tal cuestión.

Piel Sensible

La piel sensible o reactiva tiene una barrera protectora muy delicada, por lo que está mucho más expuesta a factores externos, como lo son el frío, el viento y la falta de humedad. El enrojecimiento, la irritación, el ardor y la comezón, son todo, lesiones espontáneas ocasionadas por el clima, así que si tienes este tipo de piel no dudes en protegerla durante esta temporada.

Te recomendamos optar por productos que en su composición tengan activos calmantes que suavicen y refresquen tu piel, como los aceites esenciales de manzanilla romana, lavanda y geranio.

Piel Madura

La edad no es nada más que un número. Lo sabemos. Sin embargo, algo cierto es que a medida de que pasa el tiempo, la piel necesita de mayores cuidados, para seguir promoviendo un aspecto saludable y radiante.

La clave para una piel de apariencia jovial, incluso después de los 40, radica en la hidratación. Algo imprescindible para no acelerar los signos de envejecimiento prematuros. El frío, como todos lo sabemos, no es el mejor aliado de la piel, y mucho menos a una edad avanzada, por lo que apoyar su hidratación con productos de origen natural
durante esta temporada es imprescindible. Las esencias de geranio, helicriso e incienso tienen propiedades antiaging.

¿Ya sabes cuáles necesitas para una piel radiante?

*Información por doTERRA y Trendo.mx
*IMAGEN: Getty Images