Todos hemos experimentado esta sensación que nos hace creer que no podemos seguir adelante por cualquier error cometido como seres humanos, pero es aquí donde entra anattā, la idea budista que enseña sobre dejar ir.

Aunque el budismo tomó su forma dentro de la cultura y la teología del hinduismo, la diferencia clave entre ambas religiones es sobre la naturaleza humana, pues el budismo niega la existencia del alma y el hinduismo la defiende.

Es por ello que anattā quiere decir sin alma, y representa la sabiduría y el beneficio de aprender a dejar ir las cosas. 

Implica perdonarse a sí mismo y a los demás. Para el budismo la vida se trata de cambios constantes, que ayudan a aprender y tener nuevas experiencias, por lo que poner demasiada atención en los errores o frustrarse por el pasado, no tiene sentido.

La realidad es que hoy eres una persona nueva, más sabia y diferente, ya no eres la misma que cometió esos errores. No hay personas buenas o malas, sólo personas que alguna vez hicieron algo malo.

Anattā invita a no juzgar a las personas por los errores que han cometido, y mucho menos como si ya fueran trabajos terminados, obras perfectas. Perdonar a otros sus errores es más fácil cuando imaginas sus fallas como equivocaciones de un niño que sólo intenta salir adelante.

Tal vez haya personas que no compartan otras ideas de esta religión, pero es cierto que esta idea en particular podría ayudar a evitar juzgar tan ligeramente el comportamiento de los demás, y así enfocarse en el avance propio.