La piel sensible no es solo una sensación, sino una barrera protectora creada para la mala función de la epidermis. La mala compactación de las células dejan penetrar sustancias irritantes que dañan la piel y funge como conductor que deja drenar la hidratación; por lo tanto no, no es tan normal como piensas.

El umbral de sensibilidad de una piel con este padecimiento es solo la mitad del de una piel normal. Los cosméticos, la radiación solar, el viento, la contaminación, los productos de higiene, las alteraciones hormonales y el estrés, son solo algunos factores que crean las reacciones en piel sensible. Además, el número de personas que sufren de este problema va a la alza.

Sin embargo, hay pequeños cambios que puedes hacer en tu rutina para evitar la piel sensible a toda costa. Además de usar productos con ácido hialurónico, te damos siete consejos:

Hidrata

Es fundamental mantener una buena hidratación para mejorar el aspecto de la piel y protegerla de las agresiones externas.

Protégete del sol

Los rayos solares están entre los principales responsables de la piel sensible, así que es importante utilizar bloqueador solar del 50 todos los días.

Utiliza productos adaptados

Esto quiere decir que cualquier cosmético debe estar libre de perfumes, alcohol y conservadores, para respetar el equilibrio natural de la piel.

Mantén una rutina diaria de limpieza

La limpieza en las pieles sensibles es fundamental, pero hay que evitar frotar pues los movimientos agresivos irritan la piel.

Utiliza agua tibia y reducir el tiempo de la ducha

El agua caliente deshidrata la piel, por eso es recomendable utilizar agua templada.

Huye del estrés y de la fatiga

La piel sensible reacciona ante situaciones de estrés y de fatiga con brotes y erupciones. Así que nuestro consejo es que lo evites practicando ejercicios de relajación.

Evita situaciones medioambientales extremas

El frío es un gran enemigo de las pieles sensibles, por lo que en invierno hay que extremar los cuidados.

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