A veces las vacaciones están sobrevaloradas. Y no hablamos de que no estemos deseando poner rumbo a un país exótico o perdernos en cualquier playa hasta que no recordemos qué día de la semana es, pero cuando las vacaciones comienzan a torcerse y tenemos que quedarnos en casa, nos frustramos más de lo necesario.

Desde que empieza el calor no hay día que no veamos una foto de unas piernas en una playa paradisiaca, el ala de un avión entre las nubes o un refrescante cóctel deseando ser bebido en el bordillo de una piscina. En estas fechas las redes sociales comienzan a jugarnos una mala pasada detrás de otra en lo que a expectativas se refiere, produciéndonos cierta frustración si nuestro verano en vez de en Bali, como la bloguera de turno, lo vamos a pasar en Almuñécar o, lo que es peor, si tan siquiera vamos a poder salir de la ciudad (ya sea por cuestiones de trabajo o económicas).

Pero tranquila, Grazia-al-rescate tiene la solución para que el verano que piensas que será el peor de tu vida se convierta en inolvidable. Primero respira profundamente, olvídate de la operación biquini (algo bueno tenía que tener quedarse en casa), y aumenta las expectativas en tus no-vacaciones, aunque no tengas una palmera a la vista. ¡El verano no se creó para amargarse! Y tú tienes un sinfín de posibilidades a tu alcance.

Con esta lista ya puedes quitar "esa cara de seria, de intelectual, de enciclopedia". © Sander
«Cambia esa cara de seria, de intelectual, de enciclopedia» que hay verano más allá de las vacaciones. © Sander

1. Engánchate a una serie. No hay nada más entretenido y adictivo que devorar capítulo tras capítulo para desconectar de todo.

2. Escribe. Empieza una novela, un blog, un diario… Échale imaginación y no tengas miedo a la página en blanco.

3. Recorre todos los cines de verano. Esa sensación de disfrutar al aire libre de una peli (aunque sea mala) con palomitas o bocata, no tiene precio.

4. Haz turismo. ¿Cuántas cosas sabes sobre tu ciudad? Seguro que muchísimas menos que las que aprende cualquier grupo de japoneses en ruta por España. Aprovecha para pasear por la calle con otros ojos y, por qué no, móntate en el ‘turibus’.

5. Aprende un idioma. Es una buena oportunidad de perfeccionar tu inglés o empezar con una nueva lengua. Apúntate a un curso de verano presencial u online. Just do it!

Venga, no seas vaga.
Venga, no seas vaga.

6. Conecta con la naturaleza. Busca una ruta de trekking o de bici y respira aire fresco, que ya va siendo hora.

7. Empieza a practicar yoga, porque solo te aportará beneficios.

8. O comienza con la meditación y da el primer paso hacia el descubrimiento personal.

9. ¡No tengas miedo a la cocina! Haz tus propios helados, gazpachos… y cualquier delicia refrescante al estilo Pinterest.

10. Empieza un curso online ¡Y gratis! Quizá no podrás bailar en las playas de Hawaii pero puedes aprender a tocar el ukelele y, como ya hizo Mecano, montarte el paraíso en tu piso.

El paraíso en casa bien pero tampoco hace falta que vivas como el último superviviente.
El paraíso en casa bien pero lo de hacer fuego, como que no.

11. Lee. Termina ese libro gordísimo que dejaste a medias, ponte al día con los best sellers o vuelve a leer los clásicos.

12. Ve de compras. La ciudad está vacía así que es tu oportunidad de ir de tienda en tienda sin agobios y ¡con rebajas!

13. Nada. Que no tengas vacaciones no significa que tengas que anular todo contacto con el agua. Si tienes la suerte de vivir cerca del mar, aprovecha para darte un chapuzón de vez en cuando y si no, busca una piscina en la que empezar a perfeccionar el estilo crol. Tu espalda te lo agradecerá.

14. Organiza un picnic. Cualquier parque o zona verde es un lugar ideal para disfrutar de una comida al aire libre. Ponte de acuerdo con una amiga: haced tortilla de patata, sandwiches, limonada… ¡y a disfrutar!

15. Juega a las palas. ¿Quién dijo que era una actividad solo apta para practicar a la orilla del mar? Un parque es un lugar perfecto para contar las veces que la pelota no toca el suelo.

16. Haz un voluntariado. Invierte tu tiempo en ayudar a otros, además de hacer una gran labor, te hará sentir muy bien.

17. Tírate en paracaídas. Tus anécdotas del verano no tendrá nada que envidiar a las de tus amigos.

Eso sí, si eres principiante te aconsejamos que lo hagas junto a un profesional.
Eso sí, si eres principiante te aconsejamos que lo hagas de la mano de un profesional.

18. Dalo todo en un concierto. No hace falta gastarse mucho dinero en macro conciertos en estadios de fútbol, investiga qué grupos llenarán las pequeñas salas de tu ciudad y aprovecha para descubrir nuevos cantantes. Puede que acabes convirtiéndote en una groupie.

19. Revisa los clásicos. ¿Te acuerdas de tus películas preferidas cuando eras adolescente? ¿Y de las historias de Disney con diálogos que habías memorizado? Te encantará volver a verlas.

20. Ponte en contacto con una vieja amiga. Si volviste de Erasmus llorando porque no querías separarte de tus nuevas amistades y a los tres meses ya no encontrabas tiempo para escribirles, es el momento de retomar el contacto.

21. Enamórate o reenamórate.

No hay nada como un buen ligue del que presumir cuando tus amigas vuelvan de vacaciones.
No hay nada como un buen ligue del que fardar a la vuelta de vacaciones.

22. Recicla y customiza prendas olvidadas en el trastero.

23. Pon orden en casa. No es una de las tareas más agradables que te podemos proponer, pero una limpieza general te hará empezar el curso de una forma mucho más organizada.

24. Dedica más tiempo a tu familia. No haber podido ir a ese viaje a Formentera con tus amigas del alma puede que sea una señal para que mimes más a los tuyos. Queda con tus padres y déjate querer como si volvieses a la infancia.

25. Visita un huerto urbano o, mejor aún, cultiva el tuyo propio en casa.

26. Recupera el espíritu de vacaciones Santillana. No hace falta que compres cuadernillos para estudiar, pero pásate por la librería y busca un libro de algo que te apetezca aprender: historia, arte, literatura…

Si puede ser sobria, mejor.
Si puede ser sobria, mejor.

27. Crea tu lista de propósitos para el nuevo curso. Esta vez no te pilla el toro, el curso empieza en septiembre y tú ya vas con ventaja.

28. Desconecta de las redes sociales. Las vacaciones no están solo para bañarse en el mar, descansar de Instagram, Facebook, Snapchat… y de todas las plataformas que nos tienen atrapados. Puede ser una forma muy positiva de pasar las no-vacaciones.

29. Cambia de look. Córtate el pelo, el flequillo o atrévete con el rubio platino. ¡Está de moda!

¡Y presume de lookazo!
¡Y presume de lookazo!

30. Sal a cenar sin reservar. Sin horarios, ni planes establecidos. ¡La ciudad está vacía!

31. Apréndete la letra de tus canciones preferidas (y además practica inglés).

32. Baila. Reguetón, rock, ballet… cualquier ritmo te hará feliz.

Work, work, work, work, work, work...
Work, work, work, work, work, work…

33. Haz nuevas amistades. Hay mucha más gente de la que piensas sin vacaciones en tu misma ciudad.

34. Juega a juegos de mesa. Hay un mundo entero (y muy divertido) mucho mas allá del Pictionary y el Monopoly.

35. Ve documentales. Porque la realidad siempre supera a la ficción.

36. Convierte tu cuarto de baño en el mejor spa del mundo y hazte tu propia sesión de belleza.

37. Haz una ruta culinaria. Dedica cada día a la gastronomía de un país y disfruta con la comida como si estuvieses recorriendo el mundo.

No te quede solo con la italiana.
¡Y no te quedes solo con la italiana!

38. Aprende a patinar. ¡El roller derby es para las chicas!

39. Recopila y ensaya recetas de zumos y smoothies, este otoño no querrás beber otra cosa.

40. Haz manualidades: carvado de sellos, knitting, coronas de flores… ¡saca la creatividad que llevas dentro!

41. No hagas absolutamente nada. Al fin y al cabo te lo mereces.

¡Hasta pronto!
¡Hasta pronto!