Tras una ruptura ¿cuál es tu objetivo? ¿Ser feliz? No; parecerlo. Pasado el no-eres-tú-soy-yo vuelve a sacar la cabecita nuestro instinto animal de supervivencia que grita que esto es la guerra, que en las rupturas también hay vencedores y vencidos. Hacerle creer a tu ex que has superado la separación antes que él es, en ocasiones extremas (y solo en ocasiones extremas, repetimos), el reto a perseguir, amiga lectora. Pero, como no eres Chabelita y tu vida no interesa a nadie más allá de las cuatro esquinas de tu patio de vecinas, vas a tener que sustituir la portada y las hojas centrales de(l) ¡HOLA! por tu Instagram, que es menos kitsch pero te evitas tener que verificar tu perfil de Twitter y retuitear a los fans, que es una lata y, además, alcanzas a tu público objetivo por la vía rápida con la seguridad, también, de que nadie desvirtúe tu mensaje. Al final, ser anónimo, son todo ventajas. Salvo si te gusta cenar gratis claro, pero bueno, para eso te puedes hacer blogger.

Bastante dramáticas son ya las rupturas de por sí como para tener que lidiar, además, con la buena imagen de una en Instagram. Pero así es la vida, chata. © New Girl
Bastante dramáticas son ya las rupturas de por sí como para tener que lidiar, además, con la buena imagen de una en Instagram. Pero así es la vida, chata. © New Girl.

Escrito lo escrito (y que me quiten lo bailao’), toma nota, ahí va la teoría:

Vas a ir al gimnasio. Uso el verbo ir porque apuntada sé que llevas desde el 7 de enero, como yo y el resto de España, pero no has vuelto ni a por el juego de toallas de rizo americano que regalaban en la primera clase de Zumba, yo tampoco. Volviendo a lo que importa: ¡ahora tú te vas a poner cañón! Me he pasado, lo sé. Rebajemos las expectativas: en la mediada de lo posible vas a mejorar tu aspecto físico, tampoco vamos a tomarnos este ejercicio muy a pecho porque no quiero cargar con lesiones musculares sobre mi conciencia ni con operaciones de estética en la trastienda de una peluquería oriental, e imagino que tú tampoco sobre tus hombros o espalda, porque el peso de la 95 copa C recae sobre la espalda. En definitiva y resumiendo: toca enseñarle lo que se está perdiendo. Sea mucho o poco.

Irina Shayk lo hizo fetén tras su ruptura con Christiano Ronaldo: ¿que me dejas? Pues toma un buen trasero y una playa de agua cristalina. Hasta nunquiiii. © Instagram @irinashayk
Irina Shayk lo hizo fetén tras su ruptura con Christiano Ronaldo: ¿que me dejas? Pues toma un trasero como el acero de los barcos y una playa de agua cristalina. Hasta nunquiiii. © Instagram @irinashayk

Eso sí, nada de selfies frente al espejo enseñando carne tristemente. Tienes que hacerte fotos en bikini en un destino exótico con un cóctel en la mano, con el primero que te tomes, para evitar la cara de borracha desesperada que no ha superado la ruptura con su ex que se te pone a partir del segundo sorbito, no por otra cosa.

Irte de vacaciones a Grecia, por ejemplo. Bueno, no sé si es un buen ejemplo. ¿Por qué tan lejos? Por el exotismo, alma cándida. Verte en la piscina municipal con una familia detrás engullendo paella en la foto no le va a hacer pensar que eres feliz y que tú ya estás a otra cosa, butterfly. Tienes que subir fotos en monumentos y playas paradisíacas, comiendo pita de verduras asadas u otra vianda típica del país. Nunca incluyas textos reflexivos, no has ido buscando la paz porque para él tú no estás en guerra, eres purito equilibrio, como los Libra. Tampoco recurras a leyendas eufóricas porque canta la Traviata y va a cazar al vuelo tu estrategia de aparentar estar como no estás, y entonces él habrá ganado.

Reflexiona, reflexiona...
Reflexiona, reflexiona…

Te tienes que hacer fotos con chulazos, los extranjeros siempre provocan más celos y aportan verosimilitud, porque no es lo mismo parecer que estás manteniendo una aventura con un tío que sabe que te cruzas a diario, que con un muchacho que va a desaparecer de tu vida en cuanto aterrices en el aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez de todos los Santos, amén. Eso sí, evita etiquetarlos porque si tu ex, que seguro es un lince, fisga su perfil y descubre que tiene una relación estable con una rusa que desfiló en la Semana de la Moda de Varsovia habrás firmado tu sentencia final y quedarás como la tonta del bote, un beso para Lina Morgan.

Rupturas en Instagram

 

“¿Le puedo dar like?”, te estás preguntando desde el primer párrafo. No hacerlo supondría la muestra definitiva de que aún sigues colada por sus huesos calcificados y que vas en la dirección contraria al olvido. Demostrar indiferencia denota interés. Esta frase podría ser de Confucio, por su profundidad, pero es mía.

¿A qué fotos le vas a regalar me gusta? ¿A todas? No, criatura; no hagas eso a no ser que hayas desoído todos mis consejos y él ya te haya cazado espiándole en el coche a la salida del trabajo y diseccionando su bolsa de basura en busca de envoltorios de preservativos y otras pruebas de crimen. En este caso supuesto puedes hacerlo, aunque la lógica me impulsa a aventurar que él ya habrá bloqueado tu cuenta en Instagram y pedido a las autoridades una orden de alejamiento contra ti, cabecita loca.

Así, no.
Así, no.

Si tu manía persecutoria no se ha desarrollado aún y estás en el Nivel 1: Darle like a diestro y siniestro, una amiga -con cabeza y sin mechas en ella- debe cortarte la mano con la que repartes los ‘me gusta’. Si lo haces con la nariz, que no te la ampute porque sólo tienes una, pero que te la inutilice con una pinza de la ropa. De plástico que hace más daño que las de madera. Lo haría yo, pero no te conozco, además seguramente estaré preparando otro tema para Grazia en el que te ayude a desinhibirte con tu nueva pareja de otoño.

Sí, también puedes comentarle, especialmente las fotos en las que presuma de mascota, hermanos pequeños o salga su tía Conchi, a la que odias. Eso sí, nunca te permitas el lujo de publicar una frase nostálgica en ninguna de sus instantáneas. Si escribes “Ahí es donde cenamos juntos la primera vez, ¡qué guay que hayas vuelto!”, todo el trabajo realizado no habrá servido para nada.

Suki Waterhouse lo dejó con Bradley, Emma Roberts siguió su drama con Evan Peters y Kourtney Kardashian mandó a Scott Disick a freír espárragos tras los rumores de infidelidad. Y todas ellas lucen mejor que nunca en Instagram. ¡Tachán!
Suki Waterhouse lo dejó con Bradley Cooper, Emma Roberts siguió su drama con Evan Peters y Kourtney Kardashian mandó a Scott Disick a freír espárragos tras los rumores de infidelidad. Y todas ellas lucen mejor que nunca en Instagram. ¡Tachán!

Si eres lista, que yo sé que sí, y sigues estas pautas al pie de la letra, al final del verano estarás tan obsesionada con tener un Instagram bonito que no te acordarás ni de su nombre. Además, si has hecho los deberes en el gimnasio, la cajita de tabaco (que es como llamo yo a los mensajes de fotos directas) se te habrá llenado de cigarrillos (fotos sugerentes de pretendientes) y alguno será oficialmente tu nueva adicción. Entonces habrás ganado.

Enhorabuena, princesa.

Y unas gomitas de filosofía à la Beyoncé.
Y unas gotitas de filosofía à la Beyoncé.