Bali, paraíso asiático conocido por cambiar las vidas y sanar el alma de miles de viajeros. Bali, isla de los dioses y cuna de los retiros espirituales, del yoga en la selva y del surf.

¿Cómo es un retiro espiritual en Bali? ¿En qué consisten esos días transformadores de los que tanto hemos oído hablar? Viajamos a Ubud, corazón espiritual de Bali, para vivir uno de los ‘retreats’ más exclusivos del país, y otra experiencia sensorial inesperada, y te lo contamos todo.

¿Cómo es un retiro espiritual en Bali?

Primer día: 16.30 de la tarde

Empiezan mis dos días de retiro en uno de los hoteles más espectaculares de Indonesia: el Four Seasons at Sayan. He venido a probar su nuevo retiro ‘Guided by Gratitude’ (Guíado por la gratitud). No sé muy bien lo que me espera, pero mi llegada en si ya anuncia un poco la energía que me acompañará durante este retiro espiritual en Bali.

¿Cómo es un retiro espiritual en Bali?

El hotel se encuentra en medio de la selva de Ubud, flotando en la cima del valle que ladea el río Ayung. La entrada al hotel se hace caminando por un puente de madera suspendido con unas vistas indescriptibles con palabras.

Antes de proceder al check in, me invitan a prestarme a una mini ceremonia de bienvenida, en la que, mientras golpeo 3 veces una campana, he de pensar en lo que más quiero trabajar estos días. Elijo la autoconfianza.

¿Cómo es un retiro espiritual en Bali?

17.00hrs

Voy caminando hacia el Dharma Shanti, una terraza de bambú de arquitectura tradicional situada en medio de un arrozal con vistas al río y a la selva que nos rodea. Aquí es donde se celebrarán todas las meditaciones de mi programa, así como las clases de yoga.

Aquí es dónde ocurrirá toda la magia de este retiro espiritual en Bali. Al escribir estas palabras, sonrío: es curioso que lo más impactante de mi experiencia haya sucedido en el lugar más simple y humilde de todo el impresionante resort.

Me recibe Fera, la gran protagonista de mi viaje interior en este sitio. Fera es una mujer de 42 años, balinesa, y monja budista. Sí, monja. Estuvo viviendo 7 años en un monasterio en Myanmar, antes de regresar a su isla natal.

Fera será mi guía de ceremonias, y mucho más.

Iniciamos la aventura con una ceremonía cantada (Chanting blessing). Tras conversar y compartir un poco nuestras historias de vida, Fera me invita a cerrar los ojos y canta todo un recital budista en Pali, el idioma de buda.

Al terminar, Fera me regala un Mala, los collares que usan los monjes budistas. Es el primero que tengo y ella me dice que está bien, ya que un Mala siempre ha de venir de parte de otra persona. Me lo quedo y, tras ponerle un nombre, lo impregno de unas gotas de aceite esencial. Ya es mío y ya lo puedo usar para meditar.

Conversar con una persona que tuvo una vida tan particular a mis ojos es todo un aprendizaje. Te compartiré algunas de las cosas que se quedarán conmigo para siempre, tras escucharlas de la boca de Fera:

-’Todos tenemos una casa. Los pensamientos y las emociones son invitados. Hay que dejarlos entrar, y tenemos que aprender a tratarles. A todos por igual.’
-’Nosotros somos los responsables de esa casa. Nadie ni nada más’
-’No vivas nunca la vida que otros quieren para ti. Tú sabes tu verdad.’
-’Me siento muy agradecida por ser humana. Podemos ser todo lo que nos propongamos’

20.00hrs

Antes de cenar, paso por mi habitación. ¡Y qué habitación! Me hospedo en una villa con piscina privada alucinante, con vistas a la selva, y una arquitectura y unos interiores que quitan el habla: maderas talladas, un baño de película con vestidor, y una cama con cortinas de encaje, iluminada por unas luces ocre que le dan un aspecto surreal.

¿Cómo es un retiro espiritual en Bali?

Me voy a cenar con el íntimo deseo de regresar rápidamente para probarla y descansar.

Día 2: 07.00 de la mañana

Empiezo el segundo día de mi retiro espiritual en Bali con dos sesiones de Yoga seguidas: Hatha primero, seguido de una clase de Yin. Fera me cuenta que tendremos dos mañana también, ya que ‘La práctica es clave y hay que practicar con regularidad, una y otra vez’.

09.00

¿Cómo es un retiro espiritual en Bali?

Voy a desayunar. Lo hago en Ayun Terrace, el restaurante que se sitúa en el edificio principal del hotel, una obra de arte arquitectónica con un diseño circular inspirado en los boles de arroz, y cuyo juego de luces y sombras convierte las vistas selváticas en una suerte de cuadro perfecto y casi irreal.

Me sirven un menú a la carta tan variado y delicado que me invade un deseo irrefrenable de probarlo todo, y no sé ni por dónde empezar. De repente, una de las cosas que me dijo Fera anoche resuena en mi cabeza: ‘Comer es un acto que nos libera del dolor que genera el hambre y nunca ha de ser creador del otro dolor generado por una saciedad excesiva’.

¿Cómo es un retiro espiritual en Bali?

Decido, pues, centrar toda mi atención en mis niveles de saciedad, para poder parar en el momento adecuado. Y funciona de verdad.

10.30

Ahora me toca dejarme mirar… y alinear mis chakras. Paso dos horas de ensueño en un Spa situado en medio de la selva, para disfrutar de mi Ceremonia Muladhara Chakra.

Durante dos horas, ejerciendo técnicas de tapping emocional seguidas de  masajes con esencias, siento como mi cuerpo pesa cada vez menos y como mi energía se estabiliza. Mis niveles de estrés o nerviosismo están por los suelos. Salgo flotando, tranquila y en paz.

12.30

Voy a comer. Los sabores del menú vegetariano Satvitt, que es parte del programa del retreat, son una verdadera explosión de texturas y aromas para el paladar. ¡Una delicia sensorial!

14.00

¿Cómo es un retiro espiritual en Bali?

Hora de la siesta. Pero no de una siesta cualquiera. Esta es parte de mi retiro… y es sagrada.

Fera imparte sus Sacred Naps cada día. ¿La idea? Mecer a los asistentes en una hamaca que recuerda los paños que las mujeres indonesias usan para sostener a sus bebés y balancearlos para que se duerman.Fera recrea ese momento para mí, mientras canta me lee un cuento budhista.

‘Con este ejercicio, quiero que puedas reconectar con tu niña interior, con lo que tú eres realmente, para que consigas llegar a partes de tu mente que no logras alcanzar cuando el juicio de la adulta que eres te impide conectar con tu ‘yo’ real’.

18.00

Tras unas horas de descanso (y mucha reflexión) por mi cuenta, vuelvo a sentarme con Fera. Seguimos compartiendo experiencias de vida, traumas pasados y otras anécdotas que hicieron de nosotras las mujeres que somos en este instante. Cuanto más hablamos, más conectamos, y más me asombro al ver que, por muy distintas que hayan sido nuestras vidas, nos entendemos y parecemos en muchos aspectos.

Terminada la conversación, damos paso a nuestra última meditación: la de la luz de las velas. Sentadas las dos en el Dharma, rodeadas de una oscuridad que solo vienen a interrumpir unas velas situadas a nuestro alrededor, iniciamos una meditación destinada a reconectar con nuestros antepasados.

Fera me invita a elegir a una persona que se ha ido de mi vida y con la que me gustaría comunicarme. Elijo a mi abuelo, fallecido hace unos años. Cumplo las indicaciones que me da mi mentora, paso a paso, y finalizamos la jornada con un momento mágico. De repente, un montón de luciérnagas nos rodean.

Me quedo sin habla, a punto de llorar. Fera, sorprendida, me pregunta lo que me ocurre, y le contesto con una voz temblorosa ‘Mi abuelo siempre me llamaba lucero’.

Día 3: 11.00 de la mañana

Tras repetir mis dos prácticas de yoga, disfrutar de mi último desayuno y recoger mis cosas, voy haciendo el check out. Hago balance de mis días aquí, pensando en todo lo que me llevo. Siento mucha gratitud, y me prometo no olvidar jamás las cosas que aprendí y sentí en este lugar.

Hay una que quiero compartir aquí, por si te puede inspirar. Cuando le pregunté a Fera cuál había sido el mayor reto de su estancia en el monasterio, me contestó, sin dudarlo ni un momento: ‘Confiar en mí’.

Tal vez esa sea la clave de todo, para todos los seres humanos de este planeta…

Y de vuelta a casa…

Terminado el retiro en el Four Seasons at Sayan, decido regalarme otra experiencia, de lo más alucinante.

Pongo rumbo hacia las ‘Pirámides de Chi’, un centro de experiencias, talleres y terapias espirituales situado al norte de Ubud. En mitad de la selva, dos salas con forma de pirámide acogen sesiones de breathwork, yoga, sound healing, y muchas más cosas.

¿Cómo es un retiro espiritual en Bali?

He venido a probar ‘Beyond the sound healing’, una experiencia multisensorial que mezcla luces, sonido, vibraciones y meditación que permite conectar con frecuencias y estados meditativos profundos.

No os contaré mucho, para no desvelar demasiado, pero os diré que el viaje es alucinante. Colores, alucinaciones, revelaciones… todo puede ocurrir. ¡Y mucho de todo eso me ha ocurrido a mí!

¿Cómo es un retiro espiritual en Bali?

Una vez más, con el propósito de disfrutar al máximo de esta nueva experiencia, recuerdo y aplico las palabras de Fera: ‘Solo tienes que confiar en ti’.

*Imágenes: cortesía