El día que llegó Roma, el filme de Alfonso Cuarón, a Netflix, las comunidades indigenas en México comenzaron a tomar el lugar que siempre han merecido. Yalitza Aparicio, quien hizo el papel de Cleo, se convirtió en una estrella de Hollywood y logró lo que ninguna otra mexicana había logrado: ser nominada a un premio de la Academia por su debut, y en la historia es tan solo la segunda actriz —la primera fue Salma Hayek— de nuestro país en ser considerada como Mejor Actriz. Así fue como Aparicio hizo lo que parecía imposible.

En un nuevo artículo de opinión para The New York Times, la actriz escribió cómo logró abrir la brecha para las personas que provienen de una comunidad indígena. Ella destaca que pertenecer a la industria cinematográfica ni siquiera era parte de sus sueños porque nunca se había sentido representada; sin embargo, tomó la oportunidad de hacer el casting sin esperar nada. “[…] a veces las cosas suceden muy rápido y eso me pasó: aunque estudié en la escuela normal para ser maestra, me convertí en actriz. Y gracias al papel de Cleo en Roma, ayudé a llevar a las pantallas a un personaje que, por fin, mostraba a personas que no habían tenido visibilidad: una mujer de origen mixteco que trabajaba como empleada doméstica”, declara Yalitza en la columna.

Todos estamos de acuerdo que lo hecho por Yalitza fue histórico. Y no solo se quedó en el importante rol que hizo en la película y en la temporada de premios en 2019, sino que su trabajo activista continúa, rechazando por completo la discriminación y el racismo en México, que si bien, se hizo mucho más evidente a partir de su éxito —irónico, ¿no?. Yalitza lo pone así: “Hay cosas que no solo suceden en las películas. Aunque en México casi no se habla de la discriminación, es muy real. Según una encuesta [del INEGI] de 2017, el 65 por ciento de los indígenas consideraron que en el país se respeta poco o nada los derechos de nuestras comunidades. Yo he experimentado esa discriminación en carne propia. Después de mi nominación al Oscar por interpretar a Cleo, empezaron a circular comentarios racistas en redes sociales y en el mundo del espectáculo. Muchas personas no entendían por qué estaba nominada y hacían referencia a mi origen. Una mujer indígena, algunos dijeron, no era una representante digna del país. Fue difícil leer y escuchar esos comentarios, pero también me ayudó a darme cuenta de lo importante de representar desde el arte —pero también desde la sociedad civil y la política internacional— el enorme valor que tiene la diversidad”.

Nuestro país no es ajeno a las muestras de racismo. Criticamos nuestro alrededor pero la realidad que vivimos es similar. Hoy, añadiéndole la situación política que ha marcado aún más esa diferencia en clases sociales, pareciera que vamos en retroceso sin lograr evolucionar. Y es precisamente por eso que las palabras de Yalitza Aparicio toman más valor; es momento de crear una “conciencia cultural colectiva” porque para convertirnos en la sociedad que tanto añoramos, la inclusión es uno de los pilares.

*IMAGEN: Getty Images