Moda
Pierpaolo Piccioli abstrajo 60 looks de alta costura que demuestran la versatilidad de Valentino temporada tras temporada.
Desde el “divorcio” de Maria Grazia Chiuri, todos nos preguntamos cómo sería la cara de Valentino tras quedar con un único director creativo al frente suyo.
Si bien, Pierpaolo Piccioli ha sabido comandar su nueva misión, luego de tres temporadas la transición ha sido palpable y fascinante.
Para su nueva entrega de alta costura FW1718 nuestra reacción fue de inmediata sorpresa. El diseñador presentó 60 looks en el Hôtel Salomon de Rothschild, cuya apuesta fueron siluetas y construcciones puras y cargadas de intención.
El color siempre ha sido un factor clave desde que Valentino Garavani fundó la casa, y la dupla que incluía a la ahora cadete de Dior desafió toda regla para el uso de tan poderoso elemento.
Pierpaolo transformó el Rosso Valentino en acentos como aretes y accesorios y le dio protagonismo en un abrigo y dos vestidos; todos diferentes entre sí.
Por su parte, el rosa fue el hilo conector que se deslavó desde el más intenso hasta el más suave pastel
Gabriel fue la apuesta de finos bordados en ondas, mientras que Arariel cerró el desfile con los vuelos de una exquisita túnica.
Las usuales transparencias que se convirtieron en emblema de la maison no quedaron exentas. Brocados recubrieron parte de dichas piezas mientras que los velos totalmente see through se transformaron en blusas, camisolas y en la perfecta solución al layering sobre arriesgados tops que sólo cubren las zonas precisas.
Una propuesta de capa sobre capa en siluetas simples. Texturas, textiles y colores contrastantes que nos recordaron que menos, definitivamente, es más.
Verde vibrante, ocres y azul de apariencia química (con interesantes diseños y bordados). Una paleta que grita otoño, invierno, pero con la suficiente vivacidad para recordarnos a campos floreados.
¿Y los bolsos? Como salidos de las ruinas de alguna civilización antigua, con animales hechos en metales óxidos y gastados. Siendo el oro un detalle presente en la entrega.
Una ejecución limpia, poderosa y que refresca a la casa italiana, una vez más.
