Moda

Monterrey recibe un nuevo capítulo en su historia de lujo con la llegada de Tiffany & Co. La Maison neoyorquina ha elegido la ciudad para presentar un espacio temporal que cautiva a primera vista, ubicado dentro del exclusivo centro comercial Paseo San Pedro. Más que una boutique, se trata de una experiencia sensorial que combina diseño, arte y las piezas más emblemáticas de la Casa.
El recorrido comienza desde el exterior. La fachada, bañada en el inconfundible Tiffany Blue en distintos matices, anticipa el mundo de elegancia que aguarda en el interior.
La entrada se enmarca con referencias a las colecciones más célebres, mientras que en el centro del espacio brilla el Diamond’s Eye. Esta escultura facetada en cristal rinde homenaje a los legendarios diamantes de Tiffany y guarda en su corazón una joya icónica que irá cambiando periódicamente, invitando a regresar una y otra vez para descubrir nuevas sorpresas.

Dentro, cada detalle está pensado para despertar emociones. Las vitrinas, confeccionadas con madre perla y coral, forradas en tela rosa, crean una atmósfera cálida que contrasta con la imponente luminosidad de las piezas. Entre ellas, se encuentran los anillos de compromiso más codiciados, las creaciones en oro más refinadas y diseños que han trascendido generaciones.
El arte ocupa un lugar protagónico en esta propuesta. Fotografías del artista japonés Kenji Toma adornan las paredes, evocando un diálogo entre la naturaleza y las creaciones de Jean Schlumberger para la Maison. Esta fusión entre joyería y arte contemporáneo refuerza el carácter atemporal y visionario de Tiffany & Co.

Cada visita se convierte en una experiencia íntima y personalizada, en la que la historia y el savoir-faire de la firma se revelan en un entorno pensado para la contemplación. Desde lunes hasta domingo, el espacio recibe a quienes buscan no solo adquirir una joya, sino vivir el universo Tiffany en su máxima expresión.
Con este nuevo espacio en Monterrey, Tiffany & Co. reafirma su vínculo con México y su compromiso por ofrecer momentos memorables. Una oportunidad única para quienes desean sumergirse en un legado que, desde 1837, ha convertido el lujo en un arte.
*IMAGEN: Cortesía