Conocido como el grano más pequeño del mundo, el teff, es una especie de planta herbácea que produce semillas comestibles muy similares a los cereales que consumos de manera cotidiana. Su cultivo comenzó a florecer entre el año 4 000 a.C. y el 1 000 a.C. en Etiopía y Eritrea, para después convertirse en un ingrediente indispensable en para la dieta alimenticia.

Aunque todavía es un producto desconocido, el teff posee multitud de propiedades que benefician a nuestra salud. Por ejemplo, aumenta la resistencia física, previene la diabetes, regula los niveles de glucosa en sangre, y combate el estrés oxidativo y las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, esta no es la cualidad que ha llamado la atención del mercado.

Al parecer, el teff ayuda a los pacientes “a corregir otras deficiencias nutritivas que van asociadas a la celiaquía, entre los que cabe citar el hierro y el calcio. También nos encontramos con que algunas harinas sin gluten son bajas en proteína, componente esencial en la dieta, y el teff proporciona una cantidad de proteína semejante a las legumbres”, explica María Anunciación Pérez Bartolomé, ingeniera agrónoma y licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, en el portal especializado Celicidad.

Otra cualidad es que es un ingrediente versátil y que se puede adaptar a prácticamente cualquier receta, como por ejemplo, las masas de los pasteles, las galletas, los rebozados o el pan. No obstante, el teff también se puede consumir entero, al vapor, hervido o al horno, además de servir para espesar salsas, cremas o estofados.

Contiene más fibra que la mayoría de cereales, esta cualidad lo convierte en un gran aliado contra el estreñimiento, la diabetes y la obesidad, al reducir la absorción de azúcares e hidratos de carbono de absorción lenta, favorecer la sensación de saciedad y regular el tránsito intestinal. Su composición incluye ocho de los diez aminoácidos esenciales, especialmente la lisina que se encarga de que el organismo absorba el calcio de manera adecuada, para así aprovechar todos sus beneficios.

Otro punto muy positivo es que su cultivo es seguro y sostenible con el medio ambiente, ya que puede realizarse bajo diferentes condiciones climáticas y requiere un tiempo de labranza reducido que produce una gran proporción de alimento, reduciendo así su impacto sobre el terreno.

Sin duda un producto que ha revolucionado la industria no sólo de la gastronomía sino el área del consumo, al volverlo más sano con nuestro cuerpo y con el medio ambiente.

*IMAGEN: Unsplash