Moda

París volvió a ser escenario de un momento decisivo para la moda: la presentación de Stardust Aphrodite, la colección con la que Miguel Castro Freitas reafirmó el legado de Mugler.
Más que un simple desfile, lo que vimos fue una declaración de intenciones, un recordatorio de que la maison no teme mirar al futuro sin perder la esencia que la convirtió en referente de teatralidad, sensualidad y poder escultural.
Siluetas que narran poder

El ADN de la casa estuvo presente desde el inicio: hombros estructurados, cinturas ceñidas y caderas marcadas que dibujaron la icónica figura hourglass. Vestidos de altos cuellos, trajes sastre ajustados y conjuntos híbridos de falda y pantalón reforzaron la imagen de una feminidad poderosa que coquetea con la androginia. Lejos de ser un exceso, cada línea transmitía control y precisión.
Materiales con personalidad

Freitas apostó por una tensión visual que jugaba con contrastes. El PVC negro y el látex brillante convivieron con tejidos suaves y tonos neutros, generando un equilibrio entre lo sintético y lo pulido. La luz, al reflejarse en los materiales metálicos y brillantes, multiplicó la teatralidad, confirmando que la sensualidad puede ser futurista sin perder elegancia.
Paleta y ambiente que dialogan

La gama cromática reforzó el carácter del desfile. Colores neutros como beiges y rosados suavizados convivieron con negros intensos y acentos metálicos. El espacio subterráneo de concreto elegido como escenario acentuó la dualidad entre lo rígido y lo sensual. La arquitectura industrial amplificó el brillo de las telas, creando un universo visual de claroscuros que mantenía a los invitados en un estado de expectación constante.
Atemporalidad y modernidad en equilibrio

El gran logro de Freitas fue evitar la nostalgia vacía. Su mirada contemporánea trajo corsetería y exageración controlada, pero en versiones depuradas, pensadas para trascender la pasarela y habitar el día a día. Se percibió una disciplina estética: el exceso solo aparecía cuando la forma lo justificaba, nunca como ornamento innecesario.
Una diosa para la vida moderna

Stardust Aphrodite construyó un nuevo arquetipo: una mujer estelar, poderosa y seductora, que ya no vive únicamente en la noche glamorosa. Esta vez Mugler se ofrece como un lenguaje para transitar lo extraordinario dentro de lo cotidiano, confirmando que lo teatral también puede adaptarse a la vida real con elegancia.
*IMAGEN: Google Images