Moda

Las mujeres mexicanas de hoy no solo buscan resultados visibles en su rutina de belleza, también exigen que sus productos cuenten una historia.
En el corazón de la cosmética de lujo empieza a latir con fuerza una tendencia que mira hacia la tierra, hacia las tradiciones y hacia los ingredientes que han acompañado a las culturas originarias durante siglos.
Uno de los más poderosos es el tepezcohuite, también conocido como “el árbol de la piel”. Utilizado por los mayas y zapotecas por sus propiedades regenerativas, este ingrediente ha sido clave en la formulación de bálsamos y cremas.

El tepezcohuite es un arbusto endémico que crece en Chiapas y Oaxaca, dos estados al suroeste de México.
El ’Anti-Aging Super Cream’, de Nuance, la línea cosméticos de Salma Hayek contiene tepezcohuite, el cual se usaba en tiempos ancestrales para cicatrizar la piel.
Otro caso es el del nopal, presente en marcas como Ahal, que apuesta por fórmulas limpias y eficaces con un fuerte enfoque en sustentabilidad.
La tendencia también se alinea con el auge global del clean beauty, pero con una capa cultural profundamente mexicana.
Ingredientes como el copal, la miel melipona, la sábila y el aceite de chía nativa no solo son ricos en nutrientes, también evocan saberes heredados y una relación íntima con la tierra.

Agave Spa es otra marca 100 % mexicana que incluye en sus productos un suero facial que combina agave y tepezcohuite.
Y aunque algunas marcas aún buscan validación en laboratorios europeos, otras han entendido que el verdadero lujo está en el origen.
En un mundo donde la sofisticación muchas veces es sinónimo de importado, estas propuestas nos recuerdan que lo más valioso puede estar justo en donde estamos.
Porque en la nueva era del skincare, lo ancestral es el nuevo oro. Y México, con su biodiversidad única y su herencia milenaria, es un cofre que apenas comenzamos a abrir.