China está atravesando por la llamada “crisis del algodón”, que implica la violación a los derechos humanos de los trabajadores del campo. La situación, que ha puesto al gigante asiático en una encrucijada mundial, también perjudica a empresas internacionales que usan algodón producido en China para sus productos. Hablamos de tiendas de moda como H&M o Nike. 

Sin embargo, toda historia tiene más de una versión. El problema comenzó cuando grupos y organizaciones que defienden los derechos humanos, acusaron repetidamente a Beijing de detener a uigures – una minoría étnica en China – y a otros grupos minoritarios musulmanes, en la región de Xinjiang para “esclavizarlos” y utilizarlos para realizar trabajos forzosos que, según afirman, forma parte de las cadenas de suministro de minoristas y de tecnología global, ya sea directa o indirectamente.

Ante estas acusaciones que surgieron desde hace meses, H&M emitió un comunicado en el que afirma estar “profundamente preocupado” por las supuestas violaciones a los derechos humanos, afirmando que dejarían de comprar este algodón producido en “centros de formación profesional diseñados para combatir la pobreza y el extremismo religioso”, en palabras del gobierno chino. 

La multinacional sueca H&M, aclaró en el comunicado que el tema no es político, sino humano: “[Esto] no representa ninguna posición política. H&M Group siempre respeta a los consumidores chinos. Estamos comprometidos con la inversión y el desarrollo a largo plazo en China”, agregando que trabaja con “más de 350 fabricantes” en China. 

La marca deportiva estadounidense, Nike, también se manifestó al respecto, diciendo que está “preocupada por los informes de trabajo forzoso en Xinjiang y relacionados con él”.

“Nike no obtiene productos de [Xinjiang] y hemos confirmado con nuestros proveedores contratados que no están utilizando textiles o hilados de la región”, se lee en un comunicado.

Días después comenzaron las repercusiones contra H&M, Nike y otras marcas como Adidas, Burberry, New Balance y otros miembros de Better Cotton Initiative (BCI). Los consumidores chinos defienden por completo las políticas económicas de su país, argumentando que no hay ninguna prueba de que en efecto se presenten violaciones a los derechos humanos en el proceso de producción del algodón, y que las marcas extranjeras deben respetar a China o irse de su país.

En diciembre de 2020, el gobierno de Estados Unidos dijo que bloquearía todas las importaciones de algodón de Xinjiang por preocupaciones de que “pudieran haber sido realizadas por mano de obra esclava en algunas de las violaciones de derechos humanos más atroces que existen en la actualidad”. Y, apenas hace unos días, Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea han impuesto nuevas sanciones a los funcionarios chinos por su papel en presuntos abusos de los derechos humanos en Xinjiang. Beijing respondió con sus propias medidas, diciendo que sus críticos occidentales estaban “difundiendo mentiras maliciosamente”.

La consecuencia, en lo que parece un “boicot político y comercial”, es que estas marcas que te hemos mencionado, están ahora “bloqueadas” en sitios de comercio electrónico en China, aunque todavía siguen operando en las tiendas presenciales.

Además, decenas de celebridades chinas han terminado contratos o han cortado lazos con estas marcas, sumando a Puma, Converse, Calvin Klein, Tommy Hilfiger y Uniqlo, una medida alabada por los medios estatales. 

Como consecuencia secundaria, las acciones de Nike cayeron más del 3% el jueves 25 de marzo en Wall Street, mientras que Adidas se hundió más del 6%. En Londres, Burberry perdió más del 4%. Las acciones de H&M también cayeron casi un 2% en Suecia.

¿Se trata del inicio de una guerra comercial más entre dos de las naciones más poderosas del mundo – China y Estados Unidos – que también involucra a los países aliados de cada uno? Te estaremos contando del desarrollo de esta problemática. 

*IMAGEN: Getty Images