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Desde su creación en 1955, la Palme d’or del Festival de Cannes ha representado el más alto reconocimiento en el mundo del cine. En 2025, esta joya cinematográfica celebra 70 años de historia, pasión y maestría, tanto fílmica como artesanal, en una edición que promete ser inolvidable. Más que un premio, la Palma es un emblema cultural que refleja la fusión perfecta entre arte cinematográfico y lujo artesanal.
Concebida hoy por la maison suiza Chopard, la actual versión del trofeo fue rediseñada en 1998 por Caroline Scheufele, su copresidenta y directora artística.

Inspirada por los emblemas de la ciudad de Cannes y los característicos palmerales de la Croisette, Scheufele modernizó la estatuilla con una estructura elegante: 19 hojas de oro ético de 18 quilates montadas sobre un cojín de cristal de roca tallado a mano como un diamante. Desde 2014, el trofeo se fabrica con oro certificado responsable, en línea con el compromiso de Chopard por un lujo sostenible.
Cada trofeo requiere al menos 70 horas de meticuloso trabajo, implicando procesos como la fundición a 900 °C y técnicas de orfebrería tradicional como el moldeo a la cera perdida. El resultado es una obra maestra que no solo corona al mejor filme del año, sino que celebra también el savoir-faire joyero suizo.

A lo largo de las décadas, la Palma ha sido testigo de momentos históricos: desde Jane Campion, la primera mujer ganadora en 1993, hasta Justine Triet, última galardonada por Anatomy of a Fall. Este 2025, el honor de presidir el jurado recae en Juliette Binoche, quien regresa al festival 40 años después de haberlo pisado por primera vez como actriz.
En un mundo donde el cine sigue desafiando límites y conmoviendo audiencias, la Palme d’or se mantiene como el “Santo Grial” de la industria, como bien afirma Thierry Frémaux, delegado general del Festival.
*IMAGEN: Cortesía