Durante su embarazo, Meghan Markle ha revivido la esencia de su suegra, probablemente más que en otras ocasiones, a través de su inimitable estilo.

Por Andrea Segura

Si algo ha definido el tiempo que Meghan Markle lleva siendo parte de la realeza, es su estilo rebelde. Muchos la han comparado con su suegra, la princesa Diana. Pero lejos de hacer ese típico who wore it best, la realidad es que la duquesa de Sussex quiere hacer de la mamá de Prince Harry una figura omnipresente durante la espera de su primer hijo. Esto la ha llevado a adoptar, no solo la joyería de su colección personal, de la cual Markle tiene un brazalete, un par de aretes y el famoso anillo de aquamarina —hasta donde sabemos—, sino distintas combinaciones y siluetas alusivas a Lady Di. 

El vestido con cuello bateau de Roland Mouret que llevó Markle al estreno del Cirque du Soleil, Totem, fue uno que nos remitió el mítico mermaid dress de la princesa del pueblo, firmado por Catherine Walker.

Meghan es experta en sorprendernos durante un día con numerosos atuendos (ese día usó un vestido H&M también). La primera vez que pudimos apreciar su destreza fue cuando inició su gira oficial en Dublín; esa mañana asistió al desfile conmemorativo de la RAF, tomó un avión a la capital irlandesa y cambió de outfit dos veces más. Durante su gira por Oceanía, la duquesa también tuvo días ajetreados que involucraron un arsenal de propuestas.

Han pasado un par de meses desde que Kensington Palace anunció la espera del cuarto nieto del príncipe Charles. Según afirman fuentes cercanas al palacio, la duquesa quiere trabajar lo más cercano posible a su fecha de parto. Y juzgando por su apretada agenda de los pasados días, Meghan no ha dudado en tomarse algún receso.

*IMÁGENES: Getty Images