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SU TRAYECTORIA ACTORAL ESTÁ LLENA DE DIRECTORES y directoras de la talla de Carlos Carrera, Alfonso Cuarón, Issa López, Hari Sama, Lisa Joy… Compañeros de reparto talentosos y reconocidos como Yalitza Aparicio, Alfonso Tort, Juan Manuel Bernal, Hugh Jackman, Thandie Newton… Marina es una mujer que ha protagonizado textos de Bertold Brecht, Harold Pinter, David Mamet y Ximena Escalenta solo por mencionar algunos.
Para Marina, su corazón está en el teatro y justo le preguntamos sobre lo que más le gusta de la actuación en vivo y su mayor aprendizaje.
Creo que la razón por la que amo el teatro, lo escojo y priorizo una y otra vez es porque me ofrece la oportunidad de un encuentro personal, vivo, con las personas que lo atestiguan y por lo tanto me regresa la esperanza en la humanidad como una consciencia colectiva y me hace sentir más acompañada en la experiencia de la vida, menos aislada en nuestros dispositivos. Su alcance no puede ser masivo, pero sí es único e irremplazable. Creo que uno de los más bellos aprendizajes ha sido su supervivencia en un mundo
en el que podría parecer que ya no tiene lugar. Las personas siguen buscando y necesitando ese encuentro vivo.
La selección de obras en las que participa depende mucho de la relevancia que tenga el texto para ella y para el momento que vive.
Para mí lo más importante en el momento de elegir un texto es que diga algo que a mí me parezca que es relevante o urgente decir. Puede ser social, íntimo, nuevo o antiguo, lo importante es que tenga sentido hoy, porque el teatro habla siempre en presente, aunque estemos evocando la guerra
de Troya. Siempre se trata de la mirada y de los asuntos urgentes del presente. Un personaje que siempre quise hacer es Antígona, y finalmente es un proyecto que haré a finales de año pero porque encontré la Antígona que le habla al México de hoy.
La niña en el altar es una obra que trata un tema fuerte, desafortunadamente todavía vigente en la humanidad. Interpretar y entender a Clitemnestra seguramente ha sido un proceso duro, ¿de qué te has valido para entrar en personaje?
Una de las cosas que más me interesó de La niña en el
altar es que es la mirada de una mujer sobre una histeria legendaria que nos fue heredada de la pluma masculina: Homero, Esquilo y Sófocles. Marina Carr le da voz al infierno que pudo vivir Clitemnestra en su interior respecto al infanticidio y feminicidio de su hija Ifigenia. No es la historia de la reina vengativa, es la historia de una madre y desde ahí me acerqué al personaje.
¿Qué otros planes tienes para este 2025?
Este año se lo voy a dedicar al teatro y a mi vida personal. Ojalá también logre leer mucho, ¡ja! Después de La niña en el altar reestrenaré Un tranvía llamado Deseo, que es un proyecto que amo profundamente y que nos han pedido mucho. Después estrenaré la Antígona que te contaba que
es un proyecto muy personal y que nace de mi necesidad de comprometerme con la realidad de mi país.
Marina de Tavira está más que lista para hacer de este año uno equilibrado en trabajo, totalmente dedicado al teatro, y en su vida personal.