La reunión del viernes entre Donald Trump y la reina Elizabeth II nos dio una muestra de los protocolos que no debes romper cuando estas frente a la monarca.

Una de las reuniones más esperadas a nivel internacional, sin lugar a duda. Y es que Donald Trump encendió una protesta masiva en Londres el viernes mientras él y su esposa iban camino a Windsor Castle para tomar té con la reina. Sin embargo, esta visita fue un ejemplo (y recordatorio) para todos los líderes del mundo sobre lo que no debes hacer cuando estés frente a la reina de Inglaterra.

Todo comenzó con su atraso. Al parecer, al Presidente de los Estados Unidos se le hizo fácil llegar 12/15 minutos tarde a su cita, teniendo a la reina esperando y checando su reloj minuto tras minuto.

Luego de este pequeño percance, Trump y su esposa, Melania Trump, llegaron a saludarla. Solo que cuando la pareja y la monarca se encontraron frente a frente, ni POTUS, ni FLOTUS hicieron una reverencia a Elizabeth II.

¿La cereza del pastel? Tump osó caminar dos pasos adelante de la monarca e, inclusive en un momento, el presidente le dió la espalda por completo, obligando a la reina a rodearlo. Poco antes de este momento, la reina parece darle indicaciones de como se lleva a cabo este tipo de recorridos.

Nos imaginamos que hubo más errores en su visita, pero estos quedarán como un mal recuerdo para la reina. Por ahora especulamos: ¿le habrá dicho “Su Majestad” para iniciar su encuentro? Tras dejarla esperando, ¿habrá salido después de la reunión?

Lo que sí demostró es que el actual Presidente de los Estados Unidos no está a la altura de una reunión tan diplomática como esta. No nos extrañaría que Trump no sea invitado a una cena oficial en Buckingham Palace en un futuro próximo o que la reina le presente a su familia.

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