Moda
La cantante neozelandesa Lorde confesó en entrevista no ser esa estrella que esperas y con ello, hizo una importante declaración de amor propio.
Ser una estrella en la época millennial tiene muchísimos protocolos que no todos están dispuestos a cumplir y Lorde es una de esas rebeldes a quien muchas, consideramos nuestro spirit animal.
Más por pura personalidad que por convicción, la cantante confesó hace unos días que la fama no la ha cambiado y que (como muchos piensan) sí es extraña. “Así he sido desde que soy una niña, sólo trato de mantenerme fiel a mí misma tanto como puedo porque sé que soy rara en muchas formas”, declaró
Con tan sólo 20 años, Lorde apenas lleva dos álbumes en su carrera y sus apariciones en público (y sobre el escenario) han sido prácticamene contadas. Esa es precisamente la razón por la que mares de seguidores invadieron Coachella en abril pasado para verla presentarse como una de las headliners del festival.
La emoción fue mutua, tal y como un periodista del New Zealand Herald describió.
“La boss lady estaba al mando y muchos la estaban viendo. ¿Cuantos? es difícil decir, pero cuando la cámara hizo un paneo desde atrás del escenario, los fanáticos llegaban hasta donde el ojo alcanzaba a ver”
Ella misma lo declaró en su canción debut “Royals” (2013) y su promesa jamás se ha roto:
“Nunca seremos de la realeza,
No corre por nuestras venas
Ese tipo de lujo no es para nosotros,
Preferimos otro tipo de atención”
Ni siquiera ser amiga de Taylor Swift le ha hecho cosquillas e incluso, es mucho más normal de lo que pensarías. Tras la muerte de David Bowie, recordó su primer encuentro con el inglés, quien en una gala pidió a una famosa editora de moda que se la presentara.
“Esa noche algo cambió en mí, sentí mucha calma y seguridad. Creo que esos breves momentos me guiaron a mi próxima vida, un viejo alien del Rock & Roll en un exquisito traje gris”, describió. “Me di cuenta de que estaba orgullosa de ser tan diferente porque él estaba orgulloso de serlo”, añadió.
Sin quererlo, Lorde ha hecho una fuerte declaración de amor propio de la cual deberíamos aprender. No tiene nada de malo ser diferente y apasionarte por aquello que te mueve, ni siquiera con todos los reflectores de Hollywood sobre ti.
*FOTOS: Getty Images / @lordemusic.
