Moda
Este fin de semana, Miranda Kerr caminó hacia el altar y su maquillista de cabecera estuvo allí. Te platicamos todo sobre ella.
Las historias de amor que terminan en boda nos fascinan y este fin de semana, Miranda Kerr vivió la suya cuando caminó hacia el altar junto a Evan Spiegel.
El CEO de Snapchat y la modelo se casaron en una ceremonia privada para 50 personas que a decir de los invitados fue “elegante” e “íntima”. Por supuesto que el factor secreto ha hecho imposible que cualquier información se filtre y mucho menos pensar en fotos, al menos, hasta el momento.
Sin embargo, lo que sí sabemos es que Lisa Storey fue quien se encargó del maquillaje de la australiana y es que desde hace mucho tiempo, la makeup artist es la responsable de sus beauty looks.
La inglesa tiene una cartera de clientes de envidia, apenas para la alfombra roja de la MET Gala firmó no sólo el makeup de Miranda, sino el de Dakota Johnson quien nos dejó sin palabras en una confección de Gucci. Dakota Fanning y Kate Bosworth son otras de sus favoritas y de esta última y de la ahora señora Spiegel, tiene una forma peculiar de describirlas.
“Hay muchas mujeres con las que trabajo que me inspiran y me intrigan, como Miranda Kerr y Kate Bosworth y algunas con quienes me encantaría trabajar”, describió en entrevista. Además de sus musas, la artista reconoce el trabajo de sus colegas e incluso tiene a un grupo de ellos a los que admira: Pat McGrath, Patty Dubroff, Val Garland y Charlotte Tilbury “por mencionar algunas”.
Por supuesto que tener a estas mujeres rodeándola y por la naturaleza de su profesión, resulta natural preguntarle lo que muchas morimos por saber: ¿cual es el secreto para combatir el envejecimiento? Su respuesta te encantará:
“Creo que el anti-enjevecimiento empieza con la salud. He hecho yoga por 25 años, como alimentos orgánicos y no complico demasiado mi régimen de belleza. Es importante sentirte bien, entonces te verás bien”, detalló.
Finalmente –y esta es nuestra parte favorita– hace apenas unos días la modelo mexicana Mariana Zaragoza se puso en sus manos para un proyecto sin nombre y demostró que su talento para resaltar las miradas más hipnotizantes es nato. Bastó un cat eye bien marcado para que la jalisciense nos dejara sin habla, ¡literalmente!
