Moda
En un momento en el que el estilo busca equilibrio entre funcionalidad y expresión personal, el layering emerge como una herramienta clave para vestir esta temporada. Más que una tendencia pasajera, la superposición de prendas se consolida como un lenguaje visual que permite contar historias a través de la ropa. Cada capa aporta información, intención y carácter.
El layering actual se aleja del exceso. No se trata de acumular piezas, sino de seleccionar con criterio. Una primera capa cercana al cuerpo actúa como base neutra, cómoda y versátil. A partir de ahí, se construye el conjunto con prendas que dialogan entre sí. Camisas abiertas, jerséis finos o chaquetas ligeras permiten adaptar el look al movimiento constante del día.

Uno de los grandes aciertos de esta técnica es su capacidad para personalizar cualquier estilismo. Dos personas pueden partir de las mismas prendas y llegar a resultados completamente distintos según cómo jueguen con las capas. ¿Prefieres un look pulido o uno más relajado? El layering ofrece ambas posibilidades sin necesidad de cambiar todo el armario.
Esta temporada, las proporciones cobran especial relevancia. Capas largas combinadas con otras más cortas generan dinamismo visual. Un abrigo amplio sobre prendas ajustadas equilibra la silueta, mientras que una camisa que sobresale bajo un jersey aporta profundidad y rompe la rigidez del conjunto. El secreto está en observar cómo se relacionan las longitudes entre sí.

El color se introduce de manera estratégica. Lejos de combinaciones estridentes, el layering apuesta por una paleta coherente que se construye capa a capa. Tonos suaves como base, acentos más profundos en capas intermedias y un color protagonista en la prenda exterior crean un recorrido visual armónico. ¿Has probado a construir tu look empezando por el abrigo?
La superposición también permite reinterpretar prendas que ya conoces. Vestidos que funcionan como capas superiores, camisas utilizadas como sobrecamisa o blazers llevados bajo abrigos amplían las posibilidades de uso. Este enfoque no solo es creativo, sino también consciente y sostenible.

Los accesorios ayudan a cerrar el conjunto. Bufandas ligeras, cinturones o bolsos estructurados aportan definición y ordenan visualmente las capas. Son el punto final que conecta todas las piezas.
El layering invita a observar, experimentar y decidir. Esta temporada, vestir en capas no es una cuestión de abrigo, sino de actitud.
*IMAGEN: Google Images